Reseña | Musikalische Exequien

He aquí el debut discográfico de Concentus König, que dirige Jorge Suárez, un conjunto de cinco años de andadura. Esta grabación surge con motivo de los 350 años de la muerte de Heinrich Schütz, autor al que se agregan Johann Sebastian y Johann Christoph Bach y Michael Praetorius. Concentus König ofrece’Unas exequias musicales» con dos grandes obras del repertorio coral fúnebre de Alemania entre los siglos XVII y XVIII. Su empaste sólido, su dominio del discurso y su espiritualidad nos acercan un repertorio maravilloso. Selig sind die Toten y O lieber Herre Gott representan muy bien al grupo, con sonoridades intensas y profundas del coro, solistas yensemble,que transmiten el misticismo de los textos. En cuanto a las Exequias musicales de Schütz, obra encargada por el conde Von Reuss para su propio funeral (4 de febrero de 1636), su factura es sobresaliente. Jorge Suárez dispone sonoridades muy ricas, que otorgan al coro y los solistas la trascendencia ante la propia muerte. Efecto irrepetible en el fragmento’Las almas de los justos están en las manos de Dios» (dos sopranos y un bajo admirables), el brío contagioso de’Porque tú te has levantado de la muerte», preparación para el cierre del concierto-misa, donde el coro ha alcanzado otra dimensión. Alucinante el Cántico de Simeón, dos coros fundidos y cada uno con un texto. Por su lado, el Actus tragicus de Bach refleja una visión historicista propia de los últimos tiempos, cuyos números demasiado rápidos quieren establecer una diferencia inequívoca con aquellas versiones de los 60 y 70; el contratenor, de afinación y fraseo impecables, brinda un aria extraordinaria mientras que los papeles del tenor y el bajo, recatados en todo el repertorio, evidencian aquí menos tesitura y color. La carpetilla del disco es exquisita, comenta exhaustivamente las obras, incluye buena traducción al español de los textos y además Suárez firma un inspirado prólogo acerca de la muerte, incentivo para los melómanos más sensibles y, sobre todo, un consuelo para quienes padezcan la ausencia de un ser querido. ¡Nada como la música para conservar nuestra entereza!

Por Marco Antonio Molín Ruiz