Música Virtuosa (Vol. V)
Josep Fuster, clarinete
Francisco Hervás, piano
COLUMNA MÚSICA 1CM0385
Se presenta el quinto volumen de la serie Música virtuosa, dedicado íntegramente al compositor valenciano Juan Bautista Meseguer. El clarinetista Josep Fuster está arropado por el pianista Francisco Hervás. En el libreto que acompaña al disco podemos leer los comentarios del propio compositor.
Comienza el álbum con Añoranza, cuyo nombre es absolutamente descriptivo, ya que en esta obra encontramos melancolía y saudade, gracias a la hermosísima línea melódica que sigue el clarinete. Piano y clarinete se funden de forma contrapuntística desgranando una pieza delicada e íntima. Sigue Concertante, escrita a partir de una escala creada por el compositor. Contrasta con la anterior, ya que tiene un tempo rápido y agitado, y el clarinete despliega toda su destreza técnica.
Volvemos a la calma con Airun, un nocturno en el que el protagonismo del clarinete es absoluto, funcionando el piano como elemento de soporte. Queda de nuevo patente la enorme capacidad melódica del compositor, así como la sensibilidad de Fuster. Concertante núm. 2 vuelve al diálogo entre los dos instrumentos, en un trabajo similar al del Concertante anterior, con la escala cromática como elemento estructural.
La breve Meditación nos lleva de nuevo a la calma y la introspección, registros en los que el dúo se mueve con enorme comodidad. Emiram trae consigo el desasosiego, a través de un ritmo frenético y con alternancia de las notas blancas y negras del piano, en un trabajo de ritmo y precisión magistral por parte de los intérpretes.
Pensamiento nos regala una melodía delicada y poética, que nos invita a la introspección, y que ya desde la primera audición se queda en nuestra memoria. Colors, para clarinete solo, nos lleva a un punto de inflexión importante, sobre todo en su primera parte, lenta y pesada. La segunda parte contrasta absolutamente con esta, y en ella Fuster explora todos los recursos técnicos del clarinete.
Mención especial para El clarinete mágico, escrita para Fuster. En un solo movimiento, este poema sinfónico narra la historia de un clarinete que era capaz de tocar prodigiosamente cualquier obra que se le pusiese por delante, al igual que sucede con Fuster.
Por: Prado Fernández
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