Mozart con un toque
Han pasado cuarenta años desde que un joven Fazil Say interpretase por primera vez una sonata de Mozart, con apenas 7 años, en su escuela de Ankara. Ahora, tras veinticinco años de exitosa carrera sobre los escenarios de todo el mundo, y como pianista invitado de las más grandes orquestas, nos ofrece, de la mano de Warner Classic, su primera grabación completa de las sonatas de Mozart.
Cuando nos enfrentamos a una nueva grabación de las sontas de Mozart es inevitable, por gran parte de los oyentes, experimentar cierto reparo, no ya solo por el maltrato de los diletantes hacia este repertorio, sino por la gran cantidad de veces que se han grabado obteniendo todo tipo de resultados. Pero este no es el caso, ese reparo se diluye con apenas unos segundos de escucha. La interpretación de Fazil Say, si bien puede no llegar a convencer a los más puristas, es ejemplar y se aleja sutilmente del Mozart al que estamos acostumbrados. Say encuentra el equilibro estableciendo una relación natural con el compositor, interpreta desde una comprensión profunda de las obras y de un enfoque lírico de las mismas, buscando la historia que subyace tras cada una de ellas, sin encadenarse al texto ni a la idea de la perfección técnica.
Las dieciocho sonatas de Mozart, grabadas en un Steinway de bello sonido, en el Mozarteum de Salzburgo, se recogen en seis discos agrupadas por tonalidad, lo cual, ya antes de la escucha, revela que nos encontramos ante un enfoque poco habitual en la grabación de estas obras. El primer disco, Alla Turca en La menor, recoge las sonatas n.º11 K331 y la n.º9 K310 (300d). En el segundo, en Do mayor, encontramos las sontas n.º 10 K330, n.º 16 K545, n.º 7 K309 y n.º 1 K279. Las tres siguientes, en Fa mayor, son la n.º 12 K332, n.º 2 K280 y n.º 15 K533. En el cuarto y quinto discos también se recogen tres sontas en cada uno, en Re mayor las sonatas n.º 18 K576, n.º 6 K284 y n.º 8 K311 (284c), y en Si bemol mayor las sontas n.º 13 K333, n.º 3 K281 y n.º 17 K570. Por último. el sexto disco comienza en Do menor con la Fantasía K475 y la Sonata n.º 14 K457. Junto a ellas encontramos en Mi bemol la Sonata n.º 4 K282 y la n.º 5 K283en Sol mayor.
En cuanto la interpretación, después de haber escuchado tantas grabaciones de las sonatas de los pianistas más reconocidos, encontramos a un Fazil Say que aborda las obras de manera elegante, en líneas generales de manera bastante contenida pero estimulando la expresividad siempre que es necesario. Si bien se ciñe a los cánones interpretativos que son de esperar en este tipo de repertorio clásico, dentro de lo cuidado y estudiado de sus articulaciones, se revela un pulcro estudio y trabajo de ciertos matices con los que consigue diferenciarse con esta grabación y transmitir su estilo personal. Coloca con sutileza acentos inesperados, busca equilibrar ciertos acordes clave de manera inesperada y toma breves fraseos y temas internos y los ilumina con delicadeza acercándolos al primer plano, lo que hace de esta interpretación algo único. Si bien la interpretación puede no llegar a convencer a aquellos que busquen un enfoque ortodoxo y puedan ver ciertos momentos casi provocadores, es innegable que la fuerza interpretativa de Say consigue arrastraste durante la escucha. En los allegros y movimientos de danza crea una atmósfera de dinamismo y dinámicas sorprendentes que se complementan con la llamativa sensibilidad, delicadeza y cuidado que transmite en los movimientos lentos.
Fazil Say nos trae un Mozart sutilmente distinto al que estamos acostumbrados a escuchar. La naturalidad de sus interpretaciones y su particular enfoque de las obras convierten esta grabación en la recopilación de sonatas de Mozart ideal para los que busquen un enfoque fresco y cautivador. 487 minutos de un Mozart con un toque especial, recogido con un sonido tan limpio y claro en el que hay momentos que se intuyen los gestos del pedal y el rumor de las vocalizaciones del intérprete.
Por: Pedro Téllez
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