Reseña | Mozart · Poulenc. Two Piano Concertos

‘Prefiero a Mozart a todos los demás músicos’, dijo Poulenc en la época del estreno de su Concierto para dos pianos. Las obras contenidas en este disco reflejan las afinidades estilísticas entre ambos compositores, esa faceta juguetona y enérgica que comparte cierta parte de su producción. Si a este repertorio encantador se le añaden unos solistas de lujo como son Luis y Víctor del Valle, el resultado no puede ser otra cosa que una gran producción discográfica.

Los conciertos aquí recogidos presentan un diálogo entre solistas y orquesta en el que las fuerzas se gradúan para conducir desde la gracilidad de la partitura de Mozart hasta las torrenciales intervenciones solistas de la de Poulenc. En ambos casos, el Dúo del Valle hace gala de la complicidad que les caracteriza, y alternan de manera precisa el toque ligero y desenfadado de, por ejemplo, el Rondeau del concierto de Mozart, con los velocísimos pasajes con que abre el Allegro del de Poulenc —el que firma tuvo la oportunidad de escucharles este último concierto en directo, y su interpretación bien podría constar como la versión de referencia de la obra—.

La Orquesta Sinfónica de Castilla y León, liderada por Pablo González, ofrece también unas intervenciones rotundas. Con Mozart ayuda a conducir la elegancia de las líneas solistas, mientras que con Poulenc tiene oportunidad de demostrar su ímpetu y de corresponder al sentido del humor del compositor.

El disco se completa con piezas breves que refuerzan el espíritu del álbum. De un lado, el Andante con variaciones para piano a cuatro manos, KV 501 de Mozart, que sintetiza los rasgos de su concierto en una partitura íntima y transparente. De otro, un Capriccio contenido en la cantata Le Bal Masqué, FP 155 y un vals-musette titulado L’Embarquement pour Cythère, FP 150. Se trata de dos páginas de un periodo posterior y más reflexivo de Poulenc, pero que realizan una divertida fusión entre rasgos populares y sofisticados que resume tanto la personalidad del compositor como este disco exquisito.

Por Manuel Pacheco