
Mozaiko
Enrique Pastor, guitarra
Olga Aguado, soprano
Rodrigo Rodríguez, shakuhachi
Autoeditado
“Desde el día en que empecé a concebir la idea de grabar mi propio disco de guitarra, surgió la duda. Me llevó meses decidir cuál sería el tema, si dedicarlo a un compositor, época o lugar determinados; hasta que me di cuenta de que a estas alturas del siglo XXI ya está todo grabado, y lo que más me identificaría, no solo como músico sino también como persona, sería grabar aquella música con la que más identificado me siento.”Así nos presenta Pastor su primer disco, en el que, como teselas en un mosaico, piezas de muy distintos orígenes y épocas confluyen para generar una sola imagen global.
Y es que a lo largo de las catorce pistas que componen este álbum podemos encontrar música de cuatro continentes, desde Bach hasta DukeEllington, pasando por música tradicional japonesa e incluso una pieza compuesta por él mismo Pastor. Abriendo con el aria de las Variaciones Goldberg, Enrique demuestra su comprensión de la música barroca, de la que es también intérprete como vihuelista y violagambista. Tras Les Soiréesd’Auteuil de Coste disfrutamos de un original arreglo de la Lágrima de Tárrega, en compás de guajira.
El clímax llega con las Variaciones sobre un tema anatoliode Domeniconi, antes de llegar a Mozaiko, la primera obra original de Pastor, en la que se conjugan elementos de jazz y flamenco concentrados en menos de tres minutos. Tsukimiso no uta, el poema de la onagra crepuscular, es una pieza para shakuhachiykoto en la que el maestro Rodríguez desempeña el primer papel mientras Enrique traduce el segundo a las seis cuerdas.
Con este primer disco, Enrique Pastor nos invita a un delicioso viaje a través de la música que mejor le representa, trazando una ruta que pasa por todo un crisol de épocas, estilos y significados.
Por: Pablo F. Cantalapiedra
Deja una respuesta