El disco que nos propone el quinteto vocal Vandalia consta de obras de dos de los grandes compositores de los albores del Barroco: Monteverdi y Gesualdo. La temática que engloba el concepto de este trabajo es el dolor, la muerte. Con el nacimiento de la ópera, tomando como modelo las antiguas tragedias griegas, la muerte se convierte en una idea casi obsesiva, un elemento que pintores, literatos y músicos no pudieron eludir. La música se tiñó de disonancias, apoyaturas expresivas y movimientos melódicos
—madrigalismos— que pintaban la idea del texto. El madrigal, género vocal del primer Barroco por antonomasia, es la forma que inunda en todo momento este trabajo discográfico.
La Sestina de Claudio Monteverdi da comienzo. Esta colección de madrigales del sexto libro, con texto de Scipione Agnelli, relata las lágrimas de Glauco lamentándose ante el sepulcro de su amada, Corinna. Se trata de una de las obras de dicho compositor más interpretadas en concierto. A lo largo de los seis madrigales, el oyente puede dejarse guiar por los sentimientos encontrados del amante, quien grita de forma desgarradora, mientras que por momentos llega el recuerdo y la esperanza, tornándose la música más suave. Estos contrastes han sido bien ejecutados por los cantores, conocedores de la seconda prattica, que pone la música al servicio de las palabras.
El compacto continúa con seis madrigales de Carlo Gesualdo. Tras haber visto la película Gesualdo, muerte para cinco voces, y quedar fascinado por el acercamiento a tan controvertido personaje, Gabriel Díaz afirma cómo el dolor y la muerte pueden apreciarse en las líneas cromáticas y las disonancias, poniendo en relieve la relación patente entre su obra y ciertos episodios de su vida. Los madrigales Gia piansi nel dolore o Sospirava il mio core. O mal nati messagi dan buena muestra de ello.
La última sección consta del Lamento d’Arianna, también del sexto libro. Vandalia realiza una interpretación llena de expresividad, empaste y buen hacer. Se aprecia un trabajo profundo sobre el texto y su vinculación con la música y la vida de los propios compositores.
Por Enrique Pastor Morales
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