Alberto Amarilla, narrador
Pedro Piquero, piano
NÎBIUS NIBI 134
Melómano de Oro
No hacen falta excusas para presentar a la comunidad artística y al público un excelente trabajo como este, pero si además se tiene el acierto de coincidir con una importante efeméride como es el 120 aniversario del nacimiento de Francis Poulenc, pues «miel sobre hojuelas», celebramos por doble partida la presentación de este álbum. Doble pareja de artistas: dos compositores y dos intérpretes, Milhaud y Poulenc, interpretados por Alberto Amarilla (recitación) y Pedro Piquero (piano), sin olvidar a los autores de los textos, basados en la clásica novela de Gustave Flaubert Madame Bovary y en las historias Jean de Brunhoff, creador del célebre personaje Babar, el elefantito, que él mismo ilustró en dibujos desde 1931 en galo éxito editorial continuado por su hijo Laurent hasta nuestros días en un ámbito extensamente internacional.
Son varias las razones que me llevan con satisfacción a recomendar este álbum al melómano lector.
Fundamentalmente dos: el interés del programa y la calidad de la interpretación. Es un disco fácil de escuchar y de re-escuchar con gusto en casa, en el coche, paseando, acompañando evocadoramente cualquier momento que podría devenir inolvidable. Cuando la tarea de investigación de repertorio confluye con la calidad de la música, indiscutible en el caso de ambos compositores franceses, es una satisfacción poder sumar a las cualidades de la edición la atractiva interpretación de rapsoda y pianista, el primero con una voz delicada y expresiva afín a cualquier momento de la narración y el segundo mostrando alarde de calidad en el sonido con eficacia en el tratamiento del fraseo, dejando evidencia de un ingenioso uso de la pedalización, amén de otros recursos, entre los que general y generosamente habita el bon goût de forma tan humilde como admirable.
Además de la satisfacción de escuchar en sí mismo este disco, a quien no se haya iniciado en la literatura de Flaubert o en el disfrute de la literatura de De Brunhoff, resulta bien recomendable como ocasión aurea para zambullirse en sendas obras de arte. Cómprelo.
Antonio Soria
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