Reseña | Metamorphoses

El nuevo disco que ha sacado al mercado Music&Media es una delicia para todos los amantes de la música de cámara. En esta ocasión escuchamos cuatro obras escritas para clarinete, viola y piano e interpretadas por el trío Metamorphoses, compuesto por músicos que han sido laureados tanto en sus interpretaciones camerísticas como en el ámbito solista. Los autores escogidos son R. Schumann con Fairy talesOp. 132, L. Smit y su Trío para clarinete, viola y piano, W.A. Mozart con Kegelstatt KV. 498 y el Trío de J. Françaix, lo que enriquece la grabación al encontrarnos con estilos musicales muy diversos.

Los Cuentos de hadas de Schumann, que no hacen referencia a ningún tipo de programa, están formados por cuatro movimientos interrelacionados por un motivo común. A destacar la coordinada interpretación de los instrumentistas y el marcado lirismo entre el clarinete y la viola en el tercer movimiento.

El trio del holandés L. Smit es de un marcado estilo necoclásico. Compuesto en 1938, es muy exigente para los músicos desde el punto de vista expresivo y esa dificultad se observa fundamentalmente en el movimiento lento.

Escrito en la tonalidad de Mi bemol mayor, Kegelstatt KV. 498 de Mozart destaca por su textura densa y el protagonismo que otorga al diálogo entre los tres instrumentos y que en esta versión es tratado con mucho gusto.

La última obra que aparece registrada en el disco es el fantástico trío de J. Françaix, caracterizado por su gran virtuosismo y ritmos complejos. Se trata de una música desenfadada que genera un ambiente de fiesta. Los propios músicos, en el folleto que acompaña al disco,comparan las cualidades de esta música con las del cine mudo.

Al exceder el tiempo de grabación, encontramos una quinta obra en la página web de Music&Media, en la que escuchamos el Preludio, Allegro y Pastorale de la compositora y violista inglesa R. Clarke. Las texturas penetrantes y el vocabulario armónico nos recuerdan en algunas ocasiones a la música de Stravinski.

Metamorphoses hace alarde de una técnica y expresividad incuestionables. ¡Bravo!

Por: Francisco J. Balsera