Reseña | María de Pablos. Las obras orquestales

Una vez más tenemos ocasión de conocer, gracias al trabajo profesional y al esfuerzo personal del director madrileño José Luis Temes, la producción musical de una desconocida compositora española: la segoviana María de Pablos (1904-1990), formada en su ciudad natal y en Madrid, y ganadora, a sus 23 años, del Premio de la Academia de España en Roma. También estudió en París, con Paul Dukas. A pesar de sus cualidades, María de Pablos solo compuso durante ocho años, en los cuales escribió unas pocas obras, entre ellas las dos orquestales obras que contiene este disco.

Castilla (1927) es un poema sinfónico, basado en la obra homónima de Manuel Machado. Fue escrito antes de su estancia en Roma, y obtuvo el Premio Extraordinario de Composición del Conservatorio de Madrid. Describe el vasto y sereno paisaje, gracias a una colorida orquestación; no faltan pinceladas de aires populares y momentos de una creciente intensidad expresiva, que desemboca en la descripción sonora del paisaje.

Los Dos apuntes musicales españoles (1930) son piezas para solista y orquesta de cuerdas. La primera tiene como protagonista al violín, y en ella destacan, tras un lírico comienzo, reconocibles pinceladas y giros hispánicos. El segundo de los Apuntes,para violonchelo solista, resulta de más virtuosismo que el anterior. Tampoco oculta su carácter castellano, pero resulta, a nuestro juicio, más expresivo.

Para la interpretación de Castilla,Temes ha contado con la Orquesta de Sinfónica de Castilla y León, creada en 1991 y que se ha convertido en una formación de indiscutible calidad, en la que destacan la brillantez de los metales, la expresividad y cohesión de la cuerda y la calidez de la madera. Los dos Apuntes han sido interpretados, respectivamente, por David Mata (violín) y Aldo Mata (violonchelo), acompañados por la Orquesta Ibérica de Cámara, formación nacida en 2001. Con todos ellos José Luis Temes ha dado cima a una interpretación muy atractiva e interesante. Dinámicas, planos sonoros, contrastes y cuidados detalles expresivos nos acercan el trabajo de una compositora olvidada que merecía la pena rescatar.

Por José Prieto Marugán