Mahler 4, Chamber version
Raquel Lojendio, soprano
Alejandro Muñoz, director
Ibs Classical IBS142022
★★★★★
El nuevo álbum de la Camerata Gala —noveno desde su creación en 2006, segundo para Ibs Classical— está dedicado a Gustav Mahler, compositor nada frecuente en el repertorio camerístico. La versión recogida aquí de la Sinfonía núm. 4 en Sol mayor, para doce solistas (quinteto de cuerdas, flauta, oboe, clarinete, fagot, trompa, arpa e instrumentos de percusión), obra de Carlos Domínguez-Nieto, actual director artístico de la Orquesta de Córdoba, fue estrenada en diciembre de 2020 en el Teatro Góngora de dicha ciudad. Del director son asimismo las versiones camerísticas de las tres canciones del ciclo Des Knaben Wunderhorn (El cuerno mágico del muchacho) incluidas en el álbum.
Para la primera grabación mundial de estas adaptaciones cuentan Alejandro Muñoz y su Camerata con la soprano tinerfeña Raquel Lojendio, cuya hermosa y generosa voz, de límpidos agudos y melismas, torna los placeres de la nada contemplativa vida celestial (paraíso de hambrones y borrachines a juzgar por la variada carta: sabrosas verduras, espárragos y frijoles suculentos, jugosas manzanas, peras y uvas; ciervos y liebres —guisados, se entiende—; y donde el vino fluye sin costar un céntimo, o Heller austrohúngaro) en deleites terrenales del alma. Sus interpretaciones de los Lieder del Cuerno mágico seleccionados: Rheinlegendchen (Pequeña leyenda del Rin), Das irdische Leben (La vida terrenal) y Wer hat dies Liedelein erdacht?(¿Quién ha ideado esta cancioncita?) son intensas y radiantes, conmovedoras, sencillamente espléndidas.
Bajo la dirección experta de Alejandro Muñoz la Camerata acomete con serena perfección una Cuarta Sinfonía cuya espontaneidad y frescura redescubrimos en el esmerado trabajo de Domínguez-Nieto para el conjunto. Porque todo parece novedoso, nada se echa a faltar con respecto a la versión original para orquesta. El equilibrio tímbrico es admirable en todo momento. Además del comentado cuarto movimiento que canta Lojendio, destacaría el Ruhevoll (tranquilo), poco adagio, sin duda el más camerístico e íntimo per se, donde los miembros de la Camerata y director sevillano alcanzan niveles de expresión mágicos.
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