Luz tras la oscuridad
Elena Ortega, guitarra clásica
JSM Guitar Records, JSM 6040
Melómano de Oro
Elena Ortega nos ofrece un instante de reflexión sobre nuestro propio camino interior. Ese que va desde las sombras más insondables que habitan en el fondo de nuestra condición humana hasta la luz que se refleja en lo sencillo de lo cotidiano y en la alegría de lo compartido.
El disco parte del sonido que solo existe durante la última hora del atardecer, ese que materializa los diálogos profundos entre intérprete y guitarra que van cargados de deseos, anhelos, dolor, reproches y melancolía. Las primeras cinco notas de Carta a Lucina del compositor Juan Erena son la llave que abre la puerta de la nostalgia. Las obras de Barrios y Domeniconi nos llevan a los sueños (Dreams) de Assad que nos transportan a la quietud abrumadora que existe dentro de la soledad. Una quietud tan necesaria para el cambio y al que el mismo Assad pone música después con Remembrance.
Despertamos un día y decidimos que es el momento de empezar de nuevo con nuestro viejo camino. Esta vez con la ilusión y la calma de haber dejado atrás las sombras, tal vez sin saber cómo, pero aceptando lo que perdimos y aprendiendo a valorar lo aprehendido. La interpretación de Elena de la Collectici Íntima de Asencio pone la cadencia rítmica exacta de la respiración de nuestros pasos, de ese ‘todo está bien’.
‘Pide que el camino sea largo. Que muchas sean las mañanas de verano en que llegues —¡con qué placer y alegría!— a puertos nunca vistos antes’.
Rumores de la Caleta y Sevilla del compositor Isaac Albéniz nos abren los ojos a la alegría del mundo, recordándonos que no estamos solos y que todo tiene un porqué cuando se comparte. Elena elige sabiamente la Guajira de Emilio Pujol como guiño final a la ida y vuelta.
Este disco lleva música excepcionalmente sensible contada de una manera muy transparente y verdadera. Además, nos deja espacio para reflexionar, para rebuscar en nuestro interior o para quedarnos quietos esbozando media sonrisa por las cosas que tiene la vida. Luz tras la oscuridad es una buena banda sonora para nuestro Viaje a Ítaca.
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