Luis Misón (1727-1766)
La Fontegara México
Manfredo Kraemer, violín barroco
Lindoro NL-3067
★★★★
Luis Misón es, sin duda, un compositor muy interesante y poco conocido. Nacido en Mataró, su obras no está nada presente en los programas de concierto, y aún menos en el campo discográfico. Este disco del sello Lindoro nos aproxima a la música de cámara de este compositor de estilo preclásico, pero con todavía un regusto barroco. En la grabación encontramos dos tríos para violín, flauta y bajo continuo, así como dos sonatas para flauta, una de las cuales consta de un único movimiento, suponiendo que los otros dos posibles movimientos se deben haber perdido. La Fontegara México, el grupo que interpreta estas obras, está formado por María Díez-Canedo al traverso, Eloy Cruz a la guitarra barroca, Rafael Sánchez Guevara al chelo, Eunice Padilla al clavecín y Manfredo Kraemer como violinista invitado en los tríos. La presentación del disco es excelente, tal y como nos tiene acostumbrados Lindoro, con un libreto bien documentado a nivel musicológico y con una extensa bibliografía para profundizar en el conocimiento del compositor y su época. Conviene decir que la toma de sonido es un poco opaca, pero eso no quita que estemos ante una excelente interpretación, con el notable protagonismo de María Díez-Canedo, que nos ofrece en todo momento una brillante interpretación, especialmente en las sonatas para flauta sola. En los tríos destaca la buena intervención de Manfredo Kraemer, concertino de Le Concerts des Nations de Jordi Savall desde los años 90, con su buena técnica y musicalidad. El bajo continuo, formado por guitarra barroca, violonchelo y clave, está bien realizado y suena con energía en los movimientos rápidos y de forma poética en los movimientos lentos. Se podría haber añadido una tiorba, en alternancia con la guitarra, para dar un color diferente a cada obra, aunque no se trate de un elemento esencial en una música que ya deja entrever el nuevo estilo del preclasicismo. Se podría haber añadido también alguna obra para violín solo para mostrar mejor la sonoridad y el talento de Kraemer. Disco absolutamente recomendable.
Por Àngel Villagrasa Pérez
Deja una respuesta