Reseña | Lorquiana

‘Con las palabras se dicen cosas humanas; con la música se expresa eso que nadie conoce ni lo puede definir, pero que en todos existe en mayor o menor fuerza. La música es el arte por naturaleza. Podría decirse que es el campo eterno de las ideas… Para poder hablar de ella, se necesita una gran preparación espiritual y, sobre todo, estar unido íntimamente a sus secretos’, Lorca.

Este álbum rinde homenaje a la poesía y la música del artista andaluz. El Allegro con fuoco inicial y el Presto trágico final de la Sonata de Poulenc juegan con un primer elemento temático incisivo, rítmico y violento, que se ve interrumpido por un diseño dulce, cantábile y melancólico. El Intermezzo central es una suave elegía de sabor español, que evoca a la guitarra, presente en los pizzicati y las ornamentaciones del violín. Los intérpretes transmiten admirablemente el dramatismo y la emoción de esta apasionante obra, en la que piano y violín se encuentran fuertemente imbricados.

En las Diez canciones populares españolas, Lorca defiende la autenticidad del cante flamenco y de la música folclórica. El arreglo de Martín Díaz mantiene la esencia popular y desarrolla los recursos técnicos de los dos instrumentos, que aquí se muestran delicados y expresivos.

La Sonata de Reynaldo Hahn se caracteriza por su escritura directa, su textura transparente y sus estrategias armónicas, que reflejan la influencia del Romanticismo francés de Fauré. El dúo expone brillantemente tanto las inspiradas y envolventes melodías como los ritmos agitados de esta composición lírica y luminosa.

El arreglo de Kreisler de La danza española de Falla destaca por la enorme destreza que se exige del violín. Valderrama revela magistralmente toda su capacidad virtuosística, a la vez que expresa dulcemente los pasajes cantábile.

En Verlain de Alicia Terzian el piano sostiene un balanceante ritmo ternario, mientras el violín despliega una delicada y onírica melodía modal sustentada en sugerentes armonías.

Nos encontramos ante el disco perfecto para los amantes del universo lorquiano y la fascinante música de inspiración española.

Por Fernando Nieto