Reseña | Lonati: Complete Sinfonias

Las grabaciones no solo nos sirven para disfrutar de buenas interpretaciones. En algunos casos, nos descubren compositores totalmente desconocidos. Es el caso de Carlo Ambrogio Lonati, el compositor de este disco. En esta grabación del sello Brilliant Classics se incluyen todas las sinfonías de Lonati. La formación musical está formada por dos violines, violonchelo y clavicémbalo y órgano alternados. Se trata de un conjunto de instrumentos originales y criterios históricos interpretativos.

Llama la atención que este conjunto esté formado únicamente por mujeres. Esto nos demuestra que, poco a poco, la mujer se va abriendo camino dentro de un mundo que tradicionalmente ha estado dominado por los hombres. En el campo de la música antigua todavía se hace más evidente que la mujer empieza a trabajar en condiciones de igualdad respecto a los hombres.

La interpretación de este doble disco es sencillamente magnífica: el conjunto suena perfectamente empastado, con buena musicalidad y fraseo, variedad de articulaciones y un rico bajo continuo en el que se alternan el clave y el órgano positivo. No hubiera estado de más incluir un instrumento de cuerda pulsada, como una tiorba o un laúd para enriquecerlo todavía más y dar una mayor paleta de colores en el bajo continuo. Otro elemento a mejorar sería la organización de las pistas musicales: cada sinfonía se ha grabado en una única pista y teniendo en cuenta que cada obra tiene varias secciones, lo ideal hubiera sido repartir cada una de las secciones en pistas diferentes. De esta manera, el oyente se ve ‘forzado’ a escuchar cada sinfonía de un tirón. La toma de sonido es nítida y no ofrece ningún problema de balance en las voces.

Gracias a esta grabación descubrimos a un Lonati que en su época fue un excelente cantante, actor, violinista y compositor, gozando de altos cargos en Roma y Milán.

Esperemos que el sello Brilliant Classics siga apostando por el redescubrimiento de repertorios poco conocidos en manos de excelentes intérpretes, como es el caso.

Por Àngel Villagrasa Pérez