Reseña | Lebègue: Les Pièces de Clavessin. Books I & II

El clavecinista Agustín Álvarez nos obsequia con un triple disco dedicado a la música de Nicolas Lebègue. Los amantes de la música para clave francesa sabrán que este fue uno de los grandes compositores de su época, a pesar de que hoy día seanLouis y François Couperin y Rameau los más grabados e interpretados.

Álvarez emplea un clave de dos manuales y tres registros construido por Andrea Restelli, copia de un Pascal Taskin de 1769. La afinación aquí empleada es de 392 Hz, es decir, un tono por debajo de nuestro diapasón moderno. Siguiendo criterios históricos, esta era la afinación de la música barroca de la época. En relación al temperamento, es decir, cómo se reparten las 12 notas de la escala musical, Álvarez emplea un sistema antiguo francés.

Para no entrar en tecnicismos, la música barroca suena mucho mejor (y fiel a la época) repartiendo las 12 notas de la escala musical en partes desiguales, de forma que hay tonalidades que suenan mejor que las actuales y otras peor, cosa que da una paleta de colores mucho más rica que la que nos ofrece nuestro aburrido temperamento igual (repartir las 12 notas en exactamente las mismas partes). Durante la escucha del disco podemos observar una rica utilización de cada uno de los tres registros del clave, en función del carácter de la pieza y siempre a elección del intérprete.

Destaca también la muy correcta elección de los tempi, así como la variedad de articulaciones, siempre tan necesaria en el clavicémbalo, pues en este instrumento no existen las dinámicas como en el piano. Hablamos de ‘microdinámicas’ que se consiguen ligando, separando y haciendo más cortas o largas las notas y cierta agógica del tempo, como si del trabajo de un relojero se tratase y que aquí apreciamos. Estamos, por tanto, en el campo de las sutilezas, en donde el intérprete, evidentemente, también aplica el concepto de inegalité francés, un pequeño cambio de ritmo que nunca los compositores indicaban en las partituras, pero que los tratados nos enseñan a aplicarlo. Un buen regalo al oído en manos de un excelente intérprete.

Por Àngel Villagrasa Pérez