L’altra Venezia
Bajo el título L’altra Venezia el conjunto Scaramuccia nos presenta un interesante y desconocido repertorio barroco. De hecho, todo son primeras grabaciones mundiales. Tal como nos tiene acostumbrados este conjunto en grabaciones anteriores, el librillo está muy bien documentado a nivel musicológico y, de hecho, es Michael Talbot el autor de este, toda una autoridad en música barroca y, especialmente, en la música de Vivaldi. Un plano antiguo de Venecia nos presenta la procedencia de cada uno de los compositores interpretados, cosa muy original y visual. La fotografía de la portada del disco también es muy luminosa y consonante con las músicas en ella contenidas.
Scaramuccia es un trío formado por violín, violonchelo y clave, que ya tiene un sonido propio consolidado y así lo demuestra este disco. Javier Lupiáñez al violín y a la dirección musical nos muestra su gran musicalidad, capacidad de ornamentación y buen gusto en el fraseo musical (destacar por ejemplo el lirismo en el Adagio del Capriccio undécimo de Gentili).
Muy acertada es la inclusión de dos sonatas para violonchelo y continuo (las dos de Gentili) para romper el formato del violín solista y darle protagonismo al violonchelo que, habitualmente, suele hacer el papel de bajo continuo en la mayoría de las sonatas para violín. Inés Salinas defiende muy bien esas dos obras, con buena musicalidad y también buen gusto en la ornamentación. La clavecinista Patrícia Vintém se integra perfectamente en el conjunto, con buena realización del bajo cifrado, así como con buena precisión rítmica.
Se trata de un disco generoso, con más de 70 minutos de duración, en donde se ve un trabajo estricto y minucioso del grupo que tiene su plasmación en su ya cierta grabación.
Enhorabuena a este joven conjunto por su trayectoria profesional, cosa que demuestra, una vez más, que la música antigua no pasa de moda y que hay una constante investigación por parte de los jóvenes intérpretes (que no quiere decir no experimentados) en hacer sonar obras guardadas durante siglos en bibliotecas.
Por Àngel Villagrasa Pérez
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