Poco a poco vamos teniendo ocasión de escuchar músicas españolas desconocidas, olvidadas durante años en archivos y bibliotecas. Hoy se trata de una pequeña obra de entretenimiento, sencilla y entretenida, escrita por Mariano Pina Bohigas y musicalizada por el mismísimo Barbieri. Se estrenó en el Teatro de la Comedia, en 1876, con gran éxito y estuvo en cartel algo más de cuatro temporadas.
La confitera cuenta la historia de Porfirio, un fabricante de figuras de cera, perdidamente enamorado de Delfina, la confitera, que la ha reproducido en cera a tamaño natural. Su intención es la de insuflarle vida, utilizando ciertas fórmulas esotéricas. En la estancia aparecen Quintín, un estudiante, y Nicasia, la criada, los cuales, al ver la figura de cera, comienzan a hablar ocultos, lo que da pie a que Porfirio crea que su experimento ha tenido éxito. El embrollo, como es habitual, terminará aclarándose.
La zarzuela contiene, además del preludio, cinco números musicales: ‘Canción de la confitera’, ‘Dúo de Porfirio y Delfina’; ‘Saltarella’, de Quintín; ‘Dúo de Quintín y Delfina’; y ‘Final’. Música sencilla, basada en aires de polca y vals, y algunos momentos melódicos de cierta influencia italiana.
La confitera ha sido rescatada, interpretada y grabada por Sara B. Viñas, soprano (Delfina), Mar Pérez Cano, actriz (Nicasia), Jesús Lumbreras, barítono (Porfirio) y Benjamín Zafra, tenor (Quintín), acompañados al piano por Carlos Martínez de Ibarreta. La lectura es correcta, teniendo en cuenta que la partitura no plantea problemas vocales ni exigencias excesivas.
Junto a la música se ha incluido el texto declamado. De esta forma, además de poner de relieve el valor del libreto, se ofrece al oyente la posibilidad de conocer el desarrollo de la obra, su estructura teatral y la oportunidad de los números musicales.
Por José Prieto Marugán
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