Jazz Impact. Hommage to Bernstein
Joan Enric Lluna, clarinete
Juan Carlos Garvayo, piano
Salvador Bolón, violonchelo
Toni García, contrabajo
Ignasi Doménech, percusión
IBS Classical IBS22019
Melómano de Oro
DISFRUTAR. Así, en letras mayúsculas, es lo que hecho durante las repetidas audiciones que he realizado de este disco. Este homenaje a Bernstein que realizan el clarinetista Joan Enric Lluna y su banda es una celebración por todo lo alto. Llena de frescura, goce, alegría y con una fidelidad al estilo absolutamente rigurosa.
Abre el disco la animada y juguetona Riffs de Bernstein (arreglo de Scott Eyerly), aperitivo perfecto para este disco. Perfecta simbiosis entre el clarinete y el piano, que juegan a pillarse mutuamente, sustentados de forma precisa por la base instrumental, en la que destaca el sugerente tratamiento de la batería. La Sonata para clarinete y piano fue la primera composición publicada de Bernstein y en ella podemos palpar su entusiasmo juvenil: síncopas omnipresentes y adornos melódicos que hacen sus dos movimientos divertidos y emocionantes. Las Variaciones sobre una escala octatónica para clarinete y violonchelo muestran la perfecta compenetración entre los intérpretes, encerrada en las pausas y los silencios que dejan respirar a la partitura.
Óscar Navarro escribe Lenny, originalmente una fantasía para ensemble, aquí versionada para clarinete y piano por José G. Granero. Las referencias a Bernstein son evidentes, con rítmicas del jazz, y un juego continuo entre los dos protagonistas, que van pasándose de uno a otro los motivos rítmicos de forma desenfadada y excitante.
El Trío opus 86 de Nikolai Kapustin, originalmente escrito para flauta (sustituida aquí por el clarinete), violonchelo y piano es una simbiosis perfecta entre la música clásica y el jazz, dotando este a la primera de un carácter jocoso y atrevido que tantas veces se echa en falta en las salas de concierto.
Por último, encontramos Benny’s Gig de Morton Gould, ocho brevísimos dúos para clarinete y contrabajo muy contrastantes entre sí, que someten al intérprete a grandes dosis de virtuosismo, explorando las capacidades de sus instrumentos, algo de lo que salen realmente airosos los intérpretes del disco.
Destaca la magnífica calidad técnica de la grabación, precisa y clara, sin artificios y dejando a los instrumentos sonar en toda su plenitud.
En resumen: gran imprescindible de este 2019.
Por: Prado Fernández
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