Jacinto Valledor y la tonadilla.
Aurèlia Pessarrodona.
Editorial Arpegio.
Sant Cugat, 2018.
292 páginas.
No es mucha la literatura relacionada con la tonadilla, género musical con un siglo de historia (1750-1850), al que no siempre se ha prestado la atención que merece. Esta situación cambiará a partir de ahora gracias al trabajo concienzudo de Aurèlia Pessarrodona en torno a estas pequeñas grandes obras. Pequeñas en extensión pero grandes en significado. La musicóloga barcelonesa, conocida y reconocida por sus estudios sobre el tema, ha escrito un atractivo volumen dedicado a la figura de uno de los grandes del género. Podríamos llamarle «tonadillero», pero preferimos referirnos a él como «hombre de teatro» pues, además de compositor, fue lo que hoy llamamos director de escena, gerente teatral, incluso dinamizador cultural. Jacinto Valledor (1744-1809) fue una de las figuras más importantes del teatro español, fundamentalmente en los coliseos de Barcelona y Madrid (sin olvidar su paso por Murcia, Cádiz y Valencia) de la segunda mitad del siglo XVIII.
El libro que nos ocupa, como parte de la excepcional tesis doctoral de su autora, auténtica experta en el tema, nos ofrece un relato biográfico y del entorno político-cultural en que vivó Valledor, y del ambiente de los teatros de aquella época. Incluye, además, referencias a cantantes y actores que eran verdaderos ídolos, señala detalles y dificultades del trabajo diario en el teatro, y aclara la distinta tipología de las tonadillas y analizando detalladamente algunas de ellas.
El libro se articula en siete capítulos («Familia, juventud e inicios»; «Primeros viajes y matrimonio»; «Años oscuros»; «Regreso a Barcelona»; «Valledor en Madrid»; «Obras de la última etapa madrileña»; «Balance: el sueño de la razón»). A ellos se añaden el catálogo de las obras del compositor y una amplia y detallada bibliografía especializada.
La redacción es clara lo que facilita la lectura y asimilación de detalles, datos y fechas. Y si, como escribe la autora: «El sueño de la razón produce… tonadillas»; bienvenido sea.
Por José Prieto Marugán
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