Reseña | J. S. Bach: Markus Passion

Bien conocido es el hecho de que Johann Sebastian Bach escribió cuatro pasiones: las famosas de San Mateo y San Juan, que se conservan íntegramente, la de San Marcos, de la cual se conserva únicamente el texto de Picander, y la de San Lucas, de la que no conservamos absolutamente nada. Entonces, ¿por qué hablamos de una grabación de la Pasión según San Marcos de Bach? Gracias a la técnica de la reconstrucción y a diversos estudios realizados, podemos llegar a saber que, en esta obra, Bach hace uso de la técnica de la parodia (reutilización de obras previas, cosa que era muy habitual en el Barroco). Incluso por la prosodia del texto se puede saber qué obras fueron objeto de parodia. El producto que nos regala Jordi Savall en este disco es, a mi entender, la versión más interesante hasta el momento de la reconstrucción de esa pasión. Si bien existía una interesante grabación anterior de Ton Koopman, también con instrumentos originales y criterios históricos interpretativos, la verdad es que la versión de Savall es más creíble que la de Koopman, empezando por el coro inicial, demasiado corto y homofónico en la versión de Koopman, si lo comparamos con las dos pasiones existentes del cantor de Leipzig.

A pesar de tratarse de una grabación en directo, el conjunto instrumental y vocal suena perfectamente cohesionado, sin imperfecciones técnicas y con un nutrido bajo continuo formado por clave y órgano. La elección de un coro infantil en el apartado de sopranos y contraltos es una decisión muy acertada, como históricamente más fiel a lo que sería la sonoridad de la época (en lugar de utilizar voces adultas). Los Amics de la Unió de Vila Jover funcionan a la perfección, con buena dicción y afinación y empastan bien con una sección de hombres escasa en cuanto a número, pero solvente en cuanto a resultados. Quizá en algún momento el balance de la orquesta es demasiado fuerte, como ocurre en el inicio del segundo disco, en donde el tenor solista queda un poco tapado por la orquesta. Una elección inteligente de los solistas acaban de poner la guinda a un muy buen pastel.

Por Àngel Villagrasa Pérez