La pianista Sira Hernández se sumerge con este Initiation to the Shadow en un océano de emociones, sombras traslúcidas y profundidades —quizá desconocidas por ella misma— a las que llega sin red, dejándose arrastrar por la intuición y creando una música que fluye sin ataduras a lo largo del teclado blanquinegro. La compositora queda en manos de su inspiración para crear una música moldeable, nada estática como ‘cuando se introducen las manos en el agua… esa agua corre, está viva’. Sira busca en la desnudez del piano la vibración nuclear de su sonido, disfrutando de las sensaciones de las cuerdas, el pedal o la caja de resonancia. Todo con una naturalidad entrañable y una pasión por la improvisación, una forma de componer, yo diría, casi necesaria a la hora de tratar muchos de los temas, ciertamente delicados, en los que se inspira.
No es un disco sencillo de escuchar ‘a primera vista’, es un grito de socorro que esconde un aroma cercano y bellos momentos elegíacos que nos transportan a un mundo de esperanza. La sombra entendida no como factor negativo sino como misterio de lo oculto, como símbolo de lo trascendente: un preludio a la luz.
Iniciación a la sombra fue creada para una performance multidisciplinar alrededor de la obra del poeta Ángel Crespo. Apoyándose en unos trinos contundentes y unos esquemas cíclicos, la obra traza el perímetro de un triángulo equilátero. La pianista se introduce en las aguas pacíficas del destino —ángulo A— para abordar un viaje en el que surgen todo tipo de dificultades —ángulo B—, superándolas con un mensaje que, tras esperar agazapado en el fondo, sube a la superficie para alimentarse de una nueva luz, hija de una sombra serena —ángulo C—. Así, a través de una autopista de emociones, los oyentes-lectores quedan invitados a explorar la obra del escritor manchego.
Terra Santa, ci sono gli angeli está dedicada a la poeta Alda Merini, una mujer que escribía como los ángeles y cuya vida fue un ejemplo de lucha al padecer todo tipo de abusos y desprecios a causa de una enfermedad mental. Esta composición, escrita para el espectáculo L’altra voce del coreógrafo Moreno Bernardi, impacta. La pianista consigue trasportarnos a un mundo de soledades y tinieblas que libran una dura batalla contra la neurosis, una realidad explicada desde lo más profundo de su corazón buscando la esencia de cada nota, de cada sonido. ¿Y cómo? Trazando en el aire una circunferencia a la que se van añadiendo notas musicales, que, de forma cíclica, impulsan nuevos desarrollos temáticos y juegos tonales. Sira (Alda) libra con estas notas (versos) una lucha encarnizada contra la angustia vital, saliendo victoriosa gracias a la verdad de su música (poesía).
La Fantasía para piano es una partitura para un proyecto artístico en favor del colectivo de mujeres maltratadas en Italia. Esta ‘mini banda sonora’ es el momento cumbre del disco, con momentos para enmarcar. Detrás del ir y venir de esos artilugios que tejen sin parar, se vislumbra la historia de muchas mujeres que, marcadas por la violencia y la incomprensión, hilvanan en silencio el relato de sus vidas. La imagen y el sonido de las máquinas de coser llegan al oyente de forma nítida, gracias a un ritmo ‘industrial’ de la pieza y a un minimalismo sonoro al que llega la autora deshuesando el piano con delicadeza milimétrica.
Don’t Forget About that está dedicada al escritor turinés Primo Levi, superviviente del holocausto nazi. El recuerdo-rechazo a esa época negra de la historia está presente desde los acordes iniciales, enrabietados, rotundos, que van disolviendo los nudos trágicos del destino en una carrera contra el tiempo, contra esa sombra que el ser humano nunca debe olvidar entre los materiales necesarios para ser uno mismo. Desde la negritud del interior de ese túnel trágico se vislumbra un haz de luz gracias a intensas estructuras rítmicas, líneas atonales, micro melodías, bajos profundos y trinos llenos de esperanza.
En resumen, una música intimista, libre, reflexiva: un homenaje a la vida.
Por Alessandro Pierozzi
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