El guitarrista Bernat Padrosa nos ofrece un disco en el que se encuentra la totalidad de las obras que el maestro catalán, Federico Mompou, compuso para guitarra. Además, se incluyen las Impressions íntimes, transcritas del piano a la guitarra por el propio Padrosa.
Si bien Mompou fue pianista y compuso principalmente para su instrumento, no quedó indiferente ante la guitarra, la cual experimentó un gran auge y evolución a lo largo del siglo XX. Es así como se suma al inventario de compositores catalanes, como Llobet y Pujol, que en el último siglo sentaron las bases de la guitarra moderna y establecieron una estética, en cierto modo, común a un grupo de compositores.
El disco comienza con la ya mencionada adaptación de las Impressions íntimes, una suerte de nueve pequeñas piezas de corte místico y contemplativo que funcionan a la perfección en la guitarra. En las siguientes piezas, Cançó i dansa X sobre dues Cantigues d’Alfons X ‘el sabi’, podemos apreciar un estilo muy semejante a la anterior obra pese a haber sido escrita cuarenta años después. En ellas predomina un gusto por el primitivismo y una mirada hacia el folklore catalán, como ocurre en el Cant dels ocells. El sonido de Padrosa es limpio y redondo, de un equilibrio perfecto para este tipo de música, fundiéndose con el carácter volátil y etéreo de la música de Mompou.
La última obra es uno de los pináculos de la música española del pasado siglo, la Suite Compostelana. Como tantos otros compositores de primera fila, Mompou escribió esta pieza distribuida en seis movimientos para el insigne y legendario guitarrista Andrés Segovia. En ella reconocemos todos los elementos definitorios del maestro, los sonidos de campanas, el Impresionismo de Debussy y el Romanticismo de Chopin. Esta ‘música callada’, de la cual hablaba San Juan de la Cruz, se mueve entre el rubato y el ritardando que, junto a la sonoridad abierta y resonante de la guitarra, llevan al oyente a un letargo meditativo ineludible.
Por Enrique Pastor Morales
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