Im-posibles
Tañer
Belisana Ruiz, guitarra barroca
Sara Águeda, arpa de dos órdenes
Pere Olivé, percusión
Lindoro NL-3049
La guitarra y el arpa son los dos instrumentos por excelencia del siglo XVII en España, prueba de ello es el enorme corpus de composiciones y la constante presencia en la iconografía del momento. Gozaron de enorme popularidad en cada estrato de la vida musical, desde las jaraneras secuencias armónicas repetidas sobre las cuales de componían toda una suerte de diferencias, como puede observarse en Villano y en Marionas, hasta los géneros más sofisticados y fantasiosos, como vemos en los contrapuntos y erudición armónica del Tiento de Falsas 1º tono del organista Juan Cabanilles.
La mayoría de las piezas aquí interpretadas se ven acompañadas por múltiples instrumentos de percusión, con los que Pere Olivé reafirma su carácter danzado. Asimismo, los rasgueos que en ocasiones realiza la guitarrista Belisana Ruiz también se suman a la batería de recursos percusivos.
Si bien la guitarra y el arpa eran instrumentos de acompañamiento, también existe una amplia literatura para ser tocada a solo. En este disco disfrutamos de muchas de estas obras, arregladas por las intérpretes para dialogar, intercambiando constantemente el papel de acompañante y la voz que ejecuta las glosas.
En piezas como Canarios y Jotas, de Antonio Martín i Coll y Santiago de Murcia, respectivamente, Tañer ha aportado sus propias variaciones, haciendo de esta una música viva en la que los intérpretes tienen libertad para crear y aportar una interpretación más personal.
De esta manera, también se han combinado obras de distintos autores, como las Jácaras de Lucas Ruíz de Ribayaz con la bien conocida, aunque anónima, jácara titulada No hay que decirle el primor, evidenciando el constante intercambio que en esta época existió entre la música vocal y la instrumental.
Im-posibles es un disco que hace un doble guiño. Por un lado a la pieza de Murcia que abre el álbum, Los Impossibles, y por otro a la época de incertidumbre que vivimos, en la que la música barroca española, desenfadada, optimista y llena de luz y colores, es un claro en el cielo para deleite del ánimo y de nuestros oídos.
Por Enrique Pastor Morales
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