Reseña | Il ritorno d’Ulisse in patria

Il ritorno d’Ulisse in patria de Monteverdi, con magnífico libreto de Giacomo Badoaro, fue estrenada en Venecia en 1641. Se trata de una ópera de gran complejidad que en esta extraordinaria versión de I Gemelli ha requerido el concurso de diecisiete cantantes, cuyo grupo más numeroso son ocho tenores. Este amplísimo elenco tiene en común su dominio estilístico y facilidad para recitar cantando, junto a una gran capacidad para las agilidades y el canto melismático. 

Destacan las intervenciones de la mezzosoprano Rihab Chaieb (Penelope), de excelente y bella vocalidad, con un muy contrastado fraseo en su gran interpretación del imponente monólogo ‘Di misera regina non terminati mai‘, donde, a través de un canto pleno de expresividad, alterna momentos de suaves y patéticos acentos con otros de gran contundencia sonora. En puro contraste, su dúo con la alegre y frívola Melanto (sirvienta de Penelope), magníficamente interpretada por la soprano Mathilde Etienne, quien exhibe una gran expresividad y matizadísimo fraseo. 

Muy sobresalientes las intervenciones de Emiliano González Toro (Ulisse), tenor lírico de bello timbre, con anchura vocal e incisivo y matizado fraseo, junto a un gran dominio del canto melismático. Está magnífico en su interpretación solista de ‘Dormo ancora?‘, iniciada con una emisión susurrante que deriva a la alternancia de sonidos en forte y piano. Este monólogo enlaza con el brillantísimo dúo ‘Cara e lieta gioventù‘ de Ulisse y Minerva, muy bien interpretada por la soprano Emöke Baráth, una lírica-ligera de precioso timbre y extraordinaria capacidad para la coloratura. 

Despuntan también las magníficas intervenciones del tenor Zachary Wilder (Telemaco), un lírico-ligero de atractiva vocalidad y excelente fraseo, en sus páginas solistas ‘Che veggio, ohimè, che miro?‘ y ‘Del mio lungo viaggio‘, seguido de su dúo con Penelope. 

Muy bien el resto de los intérpretes, así como la orquesta, donde sobresalen los instrumentistas del bajo continuo: clavecín, órgano, archilaúd, tiorbas y guitarras barrocas. Excelente presentación, en un extenso audiolibro.

Por Diego Manuel García