Eloy Lurueña y Rafael Gálvez, percusión
Daniel Oyarzabal, órgano
Julián Elvira, flauta prónomo
Fundación BBVA
Luaces nos introduce en su universo sonoro a través del vibráfono y un bombo y caja electrónicos, muy propios de la música urbana actual. Una combinación atrevida que funciona a la perfección. Breakdance abre y cierra el disco en forma de dos variantes, pero lo que las hace realmente singulares es el desparpajo y maestría con las que construye una lógica tímbrica, estructural y temática.
La variedad llega por el gusto con que se mezclan instrumentos reales y electrónicos. Pero también encontramos piezas enteramente instrumentales. Es en estas donde Luaces, si teníamos alguna duda, demuestra poseer una habilidosa mano para la escritura de percusión.
En su Fantasía, el compositor nos deja entrar en su mundo de referencias musicales. Un mundo ecléctico, donde las llamadas músicas populares ocupan un espacio considerable. Jazz y rock, flauta prónomo y vibráfono se unen en una seudoimprovisación maravillosamente escrita.
De las danzas al lamento de sus dos piezas inspiradas en el planto. Unas sobrecogedoras obras para órgano y set de percusión donde Luaces ejerce de laberinto y no nos suelta hasta habernos zarandeado y mecido a partes iguales, hasta habernos llevado a lo más alto de nuestro yo emocional y subconsciente.
No se puede acabar de otra manera que rogando se escuche este disco. Un trabajo exquisito y único de Luaces acompañado de un soberbio Eloy Lureña, quizá el gran protagonista. Un trabajo que, además, va más allá de la música, y propicia la unión con otras artes, en este caso, la danza (recomendamos ver el vídeo promocional: un espectáculo sonoro-visual impresionante).
Por Pablo de Diego
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