Así, por ejemplo, en la obra de Joan Maria Thomàs hace uso de un instrumento Pleyel con pedales, un instrumento de construcción moderna que nada tiene que ver con los clavecines barrocos en cuanto a su sonoridad.
La resonancia que se crea en la pieza From London to New York llega a ser hipnótica, atrapando al oyente en la atmósfera que se crea.
Silvia Márquez nos da una lección de virtuosismo, musicalidad y variedad de articulaciones (tan necesarias en el clavicémbalo), haciendo uso también de los diversos registros de los instrumentos, como el registro de laúd empleado en la pieza Petite Pavane à Versailles, en donde observamos también una muy clara dicción en los trinos.
La obra de Tomás Marco que da nombre al álbum, Herbania, pone a prueba no solo el complejo sentido rítmico de la intérprete, sino también el correcto funcionamiento del instrumento en las notas repetidas.
La toma de sonido es nítida y la selección de compositores muy interesante, con algunos estrenos mundiales.
Grabaciones como la presente nos demuestran dos cosas: que en España gozamos de muy buenos intérpretes y también de excelentes compositores que escriben y han escrito para un instrumento en absoluto anacrónico.
Ya va siendo hora de que dejemos en un segundo plano ese complejo de inferioridad musical que parece que tenemos aún en nuestro país porque no es, ni de lejos, cierto.
Àngel Villagrasa Pérez
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