Reseña | Guitar Double Concertos

Dentro de su colección «Spanish Classics» el sello discográfico NAXOS saca al mercado Guitar Double Concertos, una excelente selección de conciertos para guitarra y otros instrumentos de tres magníficos compositores españoles: David del Puerto, Antón García Abril y Javier López de Guereña.

La Oviedo Filarmonía, bajo la batuta de Óliver Díaz, es la encargada de dar vida a esta bellísima selección, muestra de la enorme calidad compositiva que albergan nuestras fronteras, y que no siempre está todo lo reconocida que debiera. Para esta tarea, se rodean de los excelentes guitarristas Miguel Trápaga y Teresa Folgueira, el singular acordeonista Ángel Luis Castaño y el percusionista Fernando Arias, todos aportando su buen hacer al proyecto.

Arranca el disco con Mistral para guitarra, acordeón y orquesta de Del Puerto, de 2011. El concierto, escrito en un movimiento, fue compuesto a petición de los solistas, con quien el Premio Nacional de Música guarda una estrecha relación. La debilidad de Del Puerto por la guitarra (él mismo es guitarrista) es más que evidente, ya que el tratamiento que hace de la misma es exhaustivo y riguroso, a favor del intérprete, y con un lenguaje propio y reconocible en sus otras muchas obras para el instrumento. Su relación con el acordeón viene también de lejos, y su conocimiento de las particularidades del instrumento es evidente. Se entreteje con la guitarra de forma magistral, dejando espacio a ambos músicos. La orquestación es el complemento perfecto de las líneas solísticas, destacando especialmente la percusión. La riqueza de la obra permite el descubrimiento de nuevos detalles en cada escucha, y la perfecta conjunción entre todos los músicos y el director hacen de esta grabación un imprescindible de la creación española de nuestro tiempo.

A continuación llega García Abril (también Premio Nacional de Música) con su Concierto de Gibralfaro para dos guitarras y orquesta, de 2003, en su primera grabación mundial. La obra, escrita por encargo de la Orquesta Filarmónica de Málaga, se articula en tres movimientos: I. Visiones de la bahía, «un cántico espiritual desde el alto vuelo contemplativo que nos proporciona estas visiones», II. A partir de un canto popular malagueño, tomado de «una antigua canción de cuna», y III. Homenaje a la tauromaquia picassiana, una ofrenda «a nuestro gran pintor malagueño y a sus pinturas dedicadas a la tauromaquia». García Abril ha dedicado también gran parte de su producción a la guitarra, de ahí que la escritura de estas dos líneas nos parezca tan absolutamente natural y nos embelese de la forma que lo hace. El adjetivo que viene a mi mente en las diversas escuchas de la obra es belleza, así, en estado puro. El trabajo de los guitarristas es honesto y pulcro, de una perfección total, lleno de calidez.

Cierra el Concierto ecuánime para guitarra, vibráfono y orquesta de López de Guereña, de 2017, compositor menos habitual en las salas de concierto. Las referencias al jazz son evidentes, algo habitual en su obra, y el tratamiento igual (de ahí el título) de los solistas y la orquesta nos lleva a un equilibrio perfecto. El vibráfono es de naturaleza juguetón, y en esta grabación está magistralmente interpretado por Arias, que aporta frescura y agilidad a la interpretación. A destacar el tercer movimiento, que exige una perfecta conjunción entre los dos solistas y la orquesta, que se consigue de largo, con un Óliver Díaz comandando un grupo homogéneo y totalmente implicado en la tarea encomendada.

La grabación, realizada en el Auditorio Príncipe Felipe de Oviedo, es de altísima calidad, y permite escuchar todos los detalles de una orquesta entregada y certera. Fantásticas las notas del libreto de Javier Suárez-Pajares, así como la elección del orden de las obras, arte que parece haberse perdido hoy debido al consumo musical aleatorio de los melómanos.

Estamos ante uno de los mejores discos españoles de este 2019, imprescindible para tomar el pulso a la música española de altos vuelos.

Por Prado Fernández