Escuchando este disco de Gorka Hermosa (Urretxu, 1976) uno se puede imaginar la entusiasta reacción de Astor Piazzolla si hubiera vivido para conocer el arte de este singular y talentoso intérprete que transita por el género musical que el ilustre argentino erigió a categoría de concierto.
Siguiendo los pasos del autor de Libertango, el acordeonista y compositor guipuzcoano parece haberse convertido en cierta medida en un alter ego del bandoneonista marplatense. Basta comprobar cómo le rinden a la pieza aludida un más que expreso homenaje los acordes en ostinato que sostienen su «Anantango», y el vuelo lírico que transpiran tanto este como los restantes movimientos de su caleidoscópico Neotango Concerto, donde, además del baile argentino por antonomasia, Hermosa introduce ritmos orientales, milonga y bossa nova, en ese ánimo de fusión que atraviesa todo el trabajo discográfico, en el que el artista se acompaña del quinteto Blanchard Strings. La grabación pertenece a un concierto que tuvo lugar en el Palacio de Festivales de Cantabria, en Santander, en noviembre de 2019.
Pero el acordeonista vasco también transita por otros estilos. En un nuevo homenaje, en este caso manifiesto, a Paco de Lucía, consigue una colorista pieza que es todo un alarde técnico de idiomatismo flamenco a través de un acordeón y un grupo de cámara. «Paco» forma parte de 4 dances from Iberia, en las que incorpora música vasca con ecos del este de Europa («Brehme»), jota navarra («¿Zelaia…?») y fado («Saudade Ártica»). El resultado es un vergel de ritmos y sonidos que discurren por medio de un orgiástico virtuosismo y un brillante encaje tímbrico entre los seis instrumentos. Frente a la exhibición del folclore, la nota contrastante la conforma la minimalista Gernika 26/4/1937, que rememora con trazos prokofianos el bombardeo de la ciudad vasca.
Gorka Hermosa es considerado uno de los mayores embajadores internacionales del acordeón. Este disco es una buena muestra de su sensacional versatilidad y sorprendente vitalismo multiétnico en una selección de sus más aplaudidas composiciones.
Por Germán García Tomás
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