Gaetano Brunetti, Sinfonías vol. 4
Camerata Antonio Soler
Gustavo Sánchez, director
Templante CMBK 2047
Culminan la Camerata Antonio Soler y su fundador y director, Gustavo Sánchez, una nueva etapa en el colosal (‘quijotesco’, suele definirlo Sánchez) proyecto de recuperación y difusión de la obra orquestal de Gaetano Brunetti. De los seis discos grabados hasta el momento por la Camerata, todos mediante crowdfunding, este es el cuarto dedicado a las sinfonías del profesor de violín de Carlos IV —a la sazón príncipe de Asturias—, músico de la Real Capilla y con posterioridad, hasta su muerte en 1798, de la Real Cámara. Se interpretan aquí las seis primeras sinfonías u oberturas (aún en el tiempo de la composición de las obras, 1772, ambos términos se empleaban indistintamente —sobre este y otros aspectos es de interés el artículo introductorio de Germán Labrador, catalogador de la obra musical conservada de Brunetti—) compuestas, como todas las de este período, per divertimento del Seremo. Sigr. Principe d’Asturias, transcritas y editadas por Sánchez a partir de la única fuente manuscrita, autógrafa además, conservada en la Librería del Congreso en Washington para este que es, huelga decirlo, el primer registro discográfico mundial de las obras.
Estamos, pues, ante ejecuciones del más refinado carácter historicista que recuperan del olvido esta fresca, delicada y no menos compleja música (Brunetti es maestro en la variación motívica, formal y en la experimentación tímbrica) después de casi doscientos cincuenta años de haber sido escuchada en el reducido ámbito cortesano, considerando, por un lado, los usos interpretativos preclásicos y, por otro lado, la sonoridad específica de la Real Capilla borbónica, cuyo elenco y equilibrio sonoro reproducen de manera admirable los (en este caso) 14 instrumentistas de la Camerata Antonio Soler: 5 violines, viola, violonchelo, contrabajo (cuerdas de tripa); 2 flautas, 2 oboes (copias modélicas del siglo XVIII) y 2 trompas (naturales). Un detalle sobre las flautas, que reemplazan a los oboes en el delicioso Andantino affettuoso de la Sinfonía núm. 2 en Re mayor. El procedimiento es común en la época; sin embargo Brunetti no volverá a emplearlo en ninguna otra de sus 39 sinfonías.
Por Alejandro Santini Dupeyrón
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