Gaetano Brunetti (1744-1798). Sinfonías
Camerata Antonio Soler
Gustavo Sánchez, director
Lindoro NL-3026
Las sinfonías de Gaetano Brunetti engarzan el intimismo y la grandilocuencia, un retrato perfecto del espíritu del Clasicismo. Su lenguaje agrega magistralmente a lo propiamente orquestal las formas del cuarteto de cuerda, el divertimento y la serenata. Todo servido a lo largo de un frondoso discurso lleno de inventiva. El público incondicional de esta época vivirá con el disco un descubrimiento.
De las tres sinfonías contenidas aquí resaltamos cualidades del autor. En primer lugar, el Quintetto-minore de la Sinfonía n.º 21 en Mi bemol mayor, que conjunta hábilmente el carácter de divertimento para aerófonos con una secuencia para cuerdas con tintes escénicos. La Sinfonía n.º 29 en Do mayor arranca vislumbrando las célebres serenatas del Nacionalismo en la voz peculiar del contrabajo y el Finale de la Sinfonía n.º 9 en Re mayor posee un atrayente desarrollo, donde una melodía pegadiza va asomando por las variadas tonalidades.
Respecto a la labor de la Camerata Antonio Soler, aprovecha la elaborada armonía del Andantino grazzioso de la n.º 21 hasta conducirnos al alma del compositor. Rendimiento encomiable en el Largo sostenuto-Allegro vivace de esta obra, con atípicos toques de la trompa. Por su lado, el segundo movimiento de la n.º 29 tiene un fraseo de reguladores elegantísimos que brisan la partitura; cautivador el efecto sinuoso y balanceante que imprime Gustavo Sánchez desde el podio. Y amplio espectro de matices en el Allegro con spirito de la n.º 29, pues se mueve de impetuosos forti del tutti con los timbales a la cabeza hasta susurrantes piani en secciones contrastantes por la cuerda. Reseñamos como inconveniente los agudos de los violines en el primer movimiento de la n.º 21, con timbres un tanto agrestes.
Por: Marco Antonio Molín Ruiz
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