Gabriel Erkoreka
Asier Polo, violonchelo
Carlos Mena, contratenor
Alfonso Gómez, piano
Euskadiko Orkestra
Juanjo Mena, dirección
ONDINE ODE 1442-2
★★★★★
El trabajo de los tres solistas hace brillar las obras de Gabriel Erkoreka recogidas en este disco: Asier Polo se enfrenta al concierto para violonchelo Ekaitza, Carlos Mena aborda los Tres sonetos de Michelangelo y Alfonso Gómez el concierto para piano Piscis. Al margen de la exigencia técnica indispensable para abordar estas obras, la escritura de Erkoreka también demanda de los intérpretes un conocimiento profundo del material en lo que respecta a la construcción del discurso sonoro.
En Ekaitza, ‘tempestad’, esto es evidente, puesto que se trata de tres movimientos sin solución de continuidad y con un diálogo entrelazado entre la orquesta y el violonchelo. Tanto el despliegue de Asier Polo como la propia partitura conducen la música a buen puerto, y encontramos sorpresas, como una cadencia solista a mitad del segundo movimiento o una tercera sección con ecos de danza folclórica, que atrapan la escucha una y otra vez.
El concierto Piscis cuenta con una estructura más tradicional y un despliegue más lírico por parte del piano. Alfonso Gómez ejecuta con ligereza los arpegios y trinos del primer movimiento, pero también interpreta con intensidad los momentos más explosivos.
El caso de los Tres sonetos de Michelangelo es particular. Estos textos han sido musicalizados también por Wolf, Britten o Shostakóvich, pero lo que distingue el acercamiento de Erkoreka es su apuesta por la voz de contratenor, deliciosamente abordada por Carlos Mena, y la sensación de suspensión, dos rasgos que recrean musicalmente la delicadeza y el volumen del mármol esculpido por Miguel Ángel.
Las tres partituras son también exigentes para la orquesta, tanto a nivel de coordinación como de graduación de los recursos. En este sentido, es admirable el trabajo de la Euskadiko Orkestra que, bajo la batuta de Juanjo Mena, ofrece una interpretación enérgica y expresiva que se luce en momentos como los ‘interludios’ que se alternan con los Tres sonetos —dos secuencias con ecos de Varèse o Dutilleux en los que la percusión cobra un especial protagonismo—.
Una grabación de referencia de la obra de Erkoreka con protagonistas de lujo.
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