Jacobo Díaz Giráldez nos presenta en esta grabación del sello Sonora las fantasías para traverso de Telemann en versión para oboe barroco. En efecto, se trata de obras originales para flauta travesera barroca, tal como lo demuestra no solo el título de las obras sino el lenguaje en el que están escritas. Cada una de ellas está compuesta en una tonalidad diferente y, con gran ingenio, Telemann evita las tonalidades de Si mayor, Do menor, Fa menor y Fa sostenido mayor, todas ellas ciertamente ‘malas’ para el traverso de una llave. Curiosamente, en esta versión de oboe barroco suenan fantásticamente bien (¡todo un descubrimiento!).
Díaz Giráldez nos da una lección de musicalidad, buen gusto y, especialmente, dominio técnico del instrumento, pues no es tarea fácil adaptar estas obras al oboe, con la dificultad que conllevan algunas de las tonalidades en las que están escritas. Los tempi elegidos son todos muy correctos, sin exuberancias ni exageraciones y con mucho control del ruido en la respiración que se suele oír en algunos oboístas.
Algunos puristas todavía siguen viendo con malos ojos el arte de interpretar una obra con un instrumento distinto al que fue concebido, pero en la época de cambio estos cambios de instrumentos estaban a la orden del día. Tanto es así que solo cabe observar la portada de las sonatas opus 1 de Haendel en las que el propio autor indica que están escritas para oboe, flauta o violín, en función del instrumento que tuviera a mano el intérprete.
El libreto del disco, escrito por el musicólogo Miguel Ángel Ríos, está muy bien documentado y condensa mucha información en poco espacio, con un visual cuadro en donde se muestran cada una de las tonalidades empleadas por Telemann, así como el estilo o danza de cada movimiento. La toma de sonido es muy buena y con una acústica agradable, ni demasiado seca ni muy reverberante.
A pesar de tratarse de obras conocidas, se trata de una grabación apta para todos los públicos, en donde se emplea un oboe barroco copia de Stanesby (ca. 1730), de sonido abellotado y con cuerpo, como el buen vino.
Por Àngel Villagrasa Pérez
‘Díaz Giráldez nos da una lección de musicalidad, buen gusto y, especialmente, dominio técnico del instrumento, pues no es tarea fácil adaptar estas obras al oboe’
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