Reseña | Franch plays Franck

La música no es más que el fin y el instrumento el medio a través del cual se llega. Una bonita demostración de ello es lo que en esta ocasión nos ofrecen la virtuosa flautista Elisabet Franch y el aclamado pianista Albert Guinovart en su segundo trabajo discográfico titulado Franch plays Franck, bajo el sello discográfico Sony Classical. Un fantástico trabajo que está repleto de obras originales en su mayoría para violín, a excepción de la última pieza, para voz. De este modo, nos adentramos en la calurosa e intensa sonoridad de la flauta travesera, que interpreta las transcripciones de todas las obras de manera fiel, precisa y apasionada.

La Sonata núm. 2 opus 13 del compositor noruego Edvard Grieg es el punto de partida de este trabajo. La obra, que compuso a la edad de 24 años, nos revela ese singular carácter alegre de los países nórdicos. Elisabet, con su intenso vibrato y su calurosa musicalidad, ahonda aún más en la interpretación de las melodías con aires populares que tan importantes eran para el compositor. La conocida obra Introduction et Rondo capriccioso, del compositor francés Camille Saint-Saëns, desprende virtuosismo y musicalidad, dedicada al violinista pamplonés Pablo Sarasate. En esta ocasión, flauta y piano realizan una interpretación soberbia y apasionada: en definitiva, una delicia para los oídos de cualquier oyente.

Las dos últimas obras son las que dan título al presente trabajo discográfico, la Sonata en La mayor y su lied Aimer,del compositor francés César Franck. En esta ocasión, redescubrimos en la Sonata, una de sus grandes obras maestras, la tímbrica tan característica del compositor francés que, con la sonoridad conjunta de la flauta y del piano de Elisabet y Albert, representan un match único lleno de pasión, intensidad y entusiasmo. La obra Aimer, como no podía ser de otra manera, transmite el más profundo sentimiento de su significado: en español, amar.

Gracias Elisabet y Albert por presentarnos esta delicia que lleva vuestra propia identidad musical en la interpretación tan sublime y personal que nos habéis ofrecido.

Por Antoine Flores Gracia