
Fly with me
Laura Verdugo del Rey, guitarra clásica
JSM Guitar Records, JSM6039
★★★★★
En su primer disco, Brisas, preludios y tientos para guitarra,con obras de David del Puerto, Laura Verdugo del Rey nos mostró su interés por darle voz a la música de nuestros compositores contemporáneos. En este segundo disco en solitario, Laura nos ofrece un recorrido por su propia existencia musical a través de músicas vivas.
La firma con la que comienza el álbum es la de Juan Erena, uno de los compositores abanderados de nuestra guitarrista manchega, pues también ha grabado su música con anterioridad siendo parte del disco The World We Build. Su lenguaje compositivo amable fundamenta unas primeras notas que son perfectas para comenzar nuestra escucha desde la sonrisa de una niña que descubre la guitarra y su fantasía intrínseca. Además, la segunda obra, Fly with me, da nombre al álbum y alas a lo que está por venir.
El disco sigue con Eduardo Martín, una fiesta constante de genialidad rítmica e inteligencia musical en la que la interpretación de Laura nos invita a bailar con la fuerza de la juventud y el frenesí de una carrera profesional que despega.
Especial mención a las Quatre Bagatelles en forme de Suite Cosmique de Marco Smaili, obra recientemente premiada en la IX edición del Concurso Fidelio de Composición. Nos atrapa libremente entre timbres, planos sonoros y caminos melódicos, haciendo que queramos volver a escucharlas en busca de nuevas sugerencias. Esta obra habita en el mundo vertical de la reflexión y el pensamiento.
Con la música de Kavanagh, Laura nos enseña su propia infancia y el disco atardece con Ianarelli. El disco acaba con la música de Clarice Assad. El estilo de la compositora muestra influencias del romanticismo, el jazz y el folclore brasileño, exponiendo al oyente ante un experimento sonoro profundamente agradable.
Lullaby es muy buena elección conceptual de cierre pues nos deja reflexionando sobre las posibilidades que aún tiene la guitarra clásica y lo fundamental que es la preocupación de guitarristas que, como Laura Verdugo del Rey, se preocupan por su deriva y cuidan de ella con la delicadeza que requiere una canción de cuna.
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