Reseña | Femina Feminae. Works by Gerard Pastor

En cuerpo y alma

Entregados en cuerpo y alma. Así de simple… La clarinetista sabadellense Marta Urzaiz y el polifacético pianista, director y compositor barcelonés Gerard Pastor, no solo se entregan en cuerpo y alma a los pasajes contenidos en esta grabación, sino que también nos entregan una extraordinaria ocasión para disfrutar de un viento nuevo, inusual. Una brisa suave y cálida —mediterránea—que golpea con fuerza los vetustos cimientos de la música de cámara más tradicional. Pastor y Urzaiz nos ofrecen en este trabajo discográfico dos obras escritas por el músico catalán, Femina Feminae y Danses imaginàries; trabajos que tienen al clarinete como gran protagonista. En la primera de ellas, la romántica, los músicos dibujan una cromática visión de la música camerística actual que está inspirada en una serie de cuadros pintados por mujeres o donde la mujer es el alma de esos coloreados trazos. La mesura con la que Marta Urzaiz interpreta esta ‘plenairista’ obra pone el equilibrio a un discurso escénico —sostenido en los modos y las formas tonales de su personal ideario— que suena a tonos azulados y anaranjados. Un paseo por el impresionismo más cautivador.

En la segunda, la cinematográfica —anda en esos rubicundos juegos audiovisuales—, Pastor y Marta se ponen al servicio del ‘fotograma popular’ (cuasi folclórico) para explorar la parte más dinámica del piano y el clarinete. El ritmo, provocador y díscolo a partes iguales, se alza majestuoso sobre las provocadoras melodías que, con una gran dosis de virtuosismo, van tejiendo este interesante discurso musical. Cuatro movimientos —cuatro estampas— en los que los intérpretes dan rienda suelta a la imaginación que impregna la personal caligrafía del músico catalán, abanderado —junto a otros muchos— de la renovación musical patria.

Femina Feminae y Danses imaginàries son la muestra evidente de que hoy día se puede hacer música de cámara de muchos quilates. Gerard Pastor y Marta Urzaiz nos brindan una inmejorable ocasión para disfrutar de estos nuevos vientos… Solo hay que dejar que nos zarandeen con fuerza.

Por Antonio Pardo Larrosa