Reseña | Félix de Santos, Romàntico

Romàntico es el segundo disco de la trilogía monográfica que el bandurrista y mandolinista Jordi Sanz está dedicando al compositor Félix de Santos y Sebastián. Considerado uno de los grandes compositores para mandolina española (más conocida como bandurria), Félix de Santos fue también concertista, director y profesor del Conservatori Superior de Música del Liceu de Barcelona. En el primer álbum Sanz interpreta las obras de mayor virtuosismo; por el contrario, Romántico muestra la expresión más íntima y humana de los sentimientos del compositor.

Llaman la atención las diferentes sonoridades que recorren el álbum: ¿cómo unir el sonido antiguo y moderno en un solo disco? Sanz lo realiza de manera magistral, tomando como eje vertebrador la organología de los instrumentos de púa, interpretando instrumentos de finales del siglo XIX y principios de siglo XX. Así, el oyente puede fácilmente comparar las distintas sonoridades en Gavota y Gavotita. Mientras la primera enmarca un sonido más brillante y resonante —característico de los instrumentos modernos—, la segunda plantea un timbre más apagado y pellizcado —propio de instrumentos históricos—. Este sonido antiguo puede volver a escucharse en Introducción y Minueto (quinteto) o Vals Lento.

En crítica hacia aquellos que la tratan como un instrumento popular o de segunda categoría, Sanz demuestra en Romàntico las posibilidades técnicas y tímbricas de la bandurria a través de un repertorio original de formas clásicas —valses, baladas, barcarolas y romanzas—, no solo en su versión moderna, sino mostrando la evolución organológica de este histórico instrumento.

Jordi Sanz, junto a la pianista María Abad, desgarran en Romàntico los sentimientos más profundos del ser humano a través de las apasionadas e intensas melodías de Félix de Santos y Sebastián. Invito al oyente a que se acerque a este nuevo disco con ganas de empaparse de nuevas tímbricas, de nuevos sonidos y de nuevo repertorio de calidad excepcional, alejado a la vez que impregnado del folclore tradicional.

Por Ana Juanals Bermejo