Reseña | Federico Mompou. Música Callada – Luis Aracama

Música Callada se inspira en la poesía que escribió San Juan de la Cruz en su Cántico Espiritual. El compositor Federico Mompou bebió de estos versos y quiso acompañarlos con su música. El pianista Luis Arcama realiza una gran interpretación de esta compleja obra en la que la expresividad y el carácter son dos cualidades imprescindibles.

La obra se compone de un total de 28 movimientos que se agrupan en cuatro cuadernos pero que en realidad mantienen una estructura unitaria. Te atrapa de principio a fin recorriendo juntos, pianista y oyente, un camino a través de la introspección, una música que está muy cerca del estilo serialista, sencillo y muy intimista.

A lo largo de la obra se aprecia una evolución, una madurez personal del propio compositor durante los ocho años que pasó creándola, que imprime en la partitura más momentos de tensión y complejidad. La estructura es similar, del cuaderno I destaca el V. Quarter Note por contener especialmente algo que siempre se aprecia en la música de Mompou, el sonido metálico que imita al tintineo de las campanas que escuchó en su niñez, en la fábrica de campanas que tenían sus abuelos y que nos conduce a un mundo fantástico, al mismo al que nos llevan los versos de San Juan de la Cruz. Del cuaderno II destaca el número X. Lento-Cantabile por su juego interválico. Del III cuaderno destaca el XX. Calme por las imitaciones que se suceden durante el pasaje. El IV tiene un carácter más conclusivo que los anteriores y se aprecian motivos aparecidos anteriormente, destaca el XXVI. Lento.

Luis Aracama interpreta con una soltura exultante esta recopilación dotando a la obra de vida gracias a unas interpretaciones exquisitas con las que consigue un sonido muy cuidado y mostrando una gran personalidad como pianista aprovechando cada uno de los matices para hacer de esta una grabación única y muy recomendable para los amantes de la música del siglo XX, de la literatura y de la filosofía, pues aquí en Música Callada encontramos una fusión de las tres.

Por: Ana R. Colmenarejo