Para escuchar este disco necesito que os despojéis de vuestra perspectiva cultural y estética del siglo xxi, que os vistáis con vuestras mejores galas decimonónicas y que imaginéis cómo la fiebre de aprender a tañer guitarras de 5 o 6 órdenes —en este caso— recorre hasta la última gota de vuestro ser. Thomas Schmitt profundiza en el archivo de la Biblioteca de la Casa de Navascués y nos presenta en este disco una serie de obras inéditas de importantes compositores españoles —como Fernando Fernandiere—, que nos muestran todas las perspectivas del variado paradigma de la música para instrumentos de 5 y 6 órdenes de los siglos XVIII y XIX. Y es que, la popularidad de la guitarra en esa época se disparó, prueba de ello, la gran cantidad de anuncios que conservamos de compraventa de instrumentos, partituras y arreglos en periódicos de la época. Este fervor dio lugar a un repertorio que respondía a los cánones estructurales de la propia Ilustración: música mayormente previsible que buscaba el entretenimiento y la accesibilidad para los crecientes aficionados —normalmente adinerados—, que se asomaban al fascinante mundo de la cuerda pulsada. La elección del repertorio incluye desde la constante evocación a la improvisación durante la interpretación en obras como el Capricho o el Minué 1º (afandangado) con variaciones, hasta la complejidad y extensión de las sonatas de Fernandiere, Laporta y Arizpacochaga. La interpretación del guitarrista Thomas Schmitt, profundamente documentada y fidedigna, nos acerca a la fórmula que tenían los intérpretes de enfrentarse a la ambigua notación de aquella época. Ejemplo de ello es la obra que da el nombre al álbum, Fandango de Sevilla, el intérprete sigue la estructura de fandango e incluye cuatro variaciones de su propia cosecha a la partitura inconclusa y varía el modelo de las repeticiones no escritas de algunos compases. Parafraseando a Fernandiere: ‘el bajo es el sello de calidad’. Y el repertorio que contiene este disco es ejemplo de esas obras interesantes que quedaron ocultas tras el ruido de algunos bordones intrusos.
Deja una respuesta