El guitarrista asturiano Pablo Menéndez nos ofrece un variado recital de obras de los compositores más sonados en el repertorio guitarrístico, así como una adaptación que el propio Menéndez ha hecho de Seis arias de La flauta mágica de Mozart.
El disco comienza con la Sonata Giocosa del maestro Rodrigo. Aunque llena de disonancias y contrastes, la obra presenta una forma clásica, con un trabajo y desarrollo de los distintos motivos. En el segundo movimiento, Andante Moderato, apreciamos una mirada a la música de siglos pasados y al gusto por la polifonía. Se cierra la sección dedicada a Rodrigo con Junto al Generalife, una composición que, tras una introducción intimista, nos lleva a una espléndida y rítmica danza con abundancia de cadencias andaluzas. Pablo Menéndez hace gala de un sonido depurado y limpio, con una amplia paleta de matices y con una sorprendente habilidad para la articulación.
La transcripción que hace de las arias de Mozart ya mencionadas marcan un claro contraste con respecto a las obras anteriores. Arreglar para guitarra la música de los grandes genios es siempre un acierto, como podemos afirmar en esta ocasión.
La siguiente obra nos trae de vuelta a los aromas hispanos, pero esta vez de la mano de Emilio Pujol, compositor por conocido más allá de los círculos guitarrísticos. Menéndez reclama su figura y nos trae las Tres piezas españolas, con una Tonadilla que nos lleva al castizo barrio madrileño de Lavapiés, mientras que el Tango y la Guajira nos transportan a las músicas de ida y vuelta y al flamenco. Se trata de una música de enorme calidad y una innegable cualidad idiomática para el instrumento.
De gran envergadura y riqueza retórica es la obra que sigue, Fantasie élégiaque opus 59. Fernando Sor escribe esta obra en memoria de su alumna Charlotte de Beslay, marcando un claro cambio de paradigma entre el estilo clásico y el romántico, explorando el dolor, la tristeza y desolación hasta llegar a su esencia a través de las seis cuerdas.
Por Enrique Pastor Morales
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