Enrique Granados. Poeta del piano.
Walter Aaron Clark (Traducción de Patricia Caicedo).
Editorial de Música Boileau.
Barcelona, 2016,
269 páginas.
El guitarrista, musicólogo y profesor de la Universidad de los Ángeles, Walter Aaron Clark es un enamorado de la música española, si juzgamos por los trabajos y publicaciones que ha realizado sobre el particular, entre las que cabe destacar una biografía de Isaac Albéniz (2002) y otra de Moreno Torroba (2016), en colaboración con William Craig Krause (no disponible en castellano). Coincidiendo con el primer centenario de la muerte del compositor ilerdense, aparece la traducción española de un completo trabajo, publicado en inglés en 2006, sobre Enrique Granados (1867-1916), uno de nuestros músicos más considerados, Ha habido que esperar una década, pero al fin, disponemos en castellano de una exhaustiva biografía del autor de Goyescas. Es una muy buena noticia.
El libro, con prólogo de Alicia de Larrocha, está estructurado en nueve capítulos y un interesante “preludio” que estudia el contexto histórico-político de la España que vivió Granados, amén de detenerse en la genealogía del compositor. Se estudian las obras más importantes, ofreciendo de cada una de ellas un análisis (con ejemplos musicales), su género, su acogida y una breve historia de su interpretación. Se añade el catálogo completo y una extensa bibliografía.
El capítulo primero (“Un pianista nato”) se ocupa de la primera etapa formativa de Granados, incluidos los dos años parisinos (1887-1889), y destacando el apoyo familiar y sus primeras actuaciones como pianista. El segundo (“Compositor en ciernes”) incide en una de las claves del Granados creador: la espontaneidad, su capacidad como improvisador y, como es natural, su condición de intérprete.
El capitulo tres está dedicado a las “Obras para piano de estilo centroeuropeo”, entre las que se destacan los Valses poéticos, Trío, Op. 50, Allegro de concierto, Escenas románticas, Cuentos de la juventud, Escenas poéticas. El capitulo cuatro (“Profesor, director y promotor”) se ocupa de estos aspectos, recordando sus dedicación a la enseñanza y a la difusión musical a través de la Academia Granados. El biografiado participó en la creación del Orefó Català, a pesar de su disconformidad con la tendencia política al catalanismo, incluso al separatismo, de esta singular formación vocal.
Capítulo quinto (“Modernismo catalán”), se detiene en la influencia sobre la identidad musical catalana del wagnerismo, indicando que Granados fue ajeno a estos influjos. Se estudia su obra lírica Blancaflor. Capítulo sexto (“Obras catalanas con texto de Apeles Mestres”), estudia cinco obras escénicas (Petrarca, Picarol, Follet, Gaziel y Liliana) hoy prácticamente desconocidas.
El capítulo siete (“La maja de Goya”) estudia el significado del pintor aragonés en la producción musical de Granados y dedica un interesante análisis a las Tonadillas en estilo antiguo. “Goyescas”. título del capítulo octavo, estudia con detalle tanto la inicial y maravillosa obra para piano como la posterior versión operística.
El último capítulo (“Un montón de proyectos”) se ocupa de trabajos de menor entidad, como la zarzuela infantil La cieguecita de Betania, o el poema sinfónico Dante, y concluye con los detalles del viaje y estancia en Nueva York para dar a conocer Goyescas en el Metropolitan, y de su muerte en el Canal de la Mancha, tras el ataque del submarino alemán UB-29 al transatlántico Sussex en el viajaban Granados y Amparo, su esposa.
El epílogo (“El legado de Granados”), cierra el cuerpo principal del volumen. Se ocupa de las relaciones de la música del catalán en su tiempo y en el porvenir. Hoy, con cien años de perspectiva desde su muerte, se valora la influencia del Granados compositor, de su música, íntima, espontánea, de estructuras cortas, y de inspiración popular con la gracia y el donaires de las figuras –populares y aristocráticas– de Goya.
La lectura de este atractivo estudio muestra al gran pianista Granados, cuyo repertorio lo formaban las obras románticas europeas: Schumann, Chopin, Liszt…, y al Granados compositor de obras que responden a pequeñas formas, muchas veces apoyadas en aires de danza y de impacto directo sobre el oyente. Incluso Goyescas, ópera, es una adaptación de la suite para piano, a la que se sobrepuso un texto para hilar la acción.
Un detalle que se nos hace fatigoso es la colocación de las notas explicativas al final de cada capítulo; entendemos que es más cómodo ponerlas al pie de la página correspondiente. Muy interesante la documentación gráfica formada por 40 fotografías y numerosos ejemplos musicales.
Por José Prieto Marugán
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