Si el cuarteto de cuerda ha sido una de las referencias instrumentales de la música de cámara por excelencia durante siglos, el octeto de cuerda podría serlo en el momento actual que vivimos en la música de concierto.
Aunque no hablemos de una formación para nada novedosa, sí podemos decir que todavía hoy sigue resultando una formación exótica, debido a la escasa producción de música para esta agrupación instrumental, que entre las obras a disposición y los arreglos de otras piezas, se quiere hacer un hueco en la música de cámara. Y es que, como vemos gracias a este fantástico disco de Bambú Ensemble, las posibilidades que nos ofrece van mucho más allá de la música tradicional de cámara. Partiendo del tradicional cuarteto, la sonoridad se expande casi hasta la orquesta de cuerda. Sin perder la practicidad y las normas musicales establecidas para la música de cámara, en el octeto de cuerdas encontramos la densidad suficiente para que, en según qué momentos y texturas, se transfigure en una masa pseudo orquestal.
En este álbum, y gracias a los grandes genios del siglo pasado que son George Enescu y Dmitri Shostakóvich, podemos darnos cuenta de lo especial que es tener a al mismo tiempo ocho solistas y una agrupación completamente empastada. Las texturas densas, los momentos contrapuntísticos, las muchas posibilidades instrumentales… hacen de esta música algo realmente único.
Además, Bambú Ensemble incorpora en este disco una adaptación de Serenata para cuerdas, una obra para orquesta de cuerdas del joven compositor y violonchelista Javier Martínez Campos. Una pieza fantástica que navega entre diferentes texturas y sonoridades que las cuerdas le permiten crear, y que se ven todas ellas teñidas del color del tema armónico principal que rige los quince minutos de música, y que gira en torno a la sonoridad característica de la escala modal dórica.
Tres piezas con mucha fuerza y dificultad que son y han sido exitosamente interpretadas por un Bambú Ensemble que ha conseguido alcanzar un muy alto nivel de homogeneidad sonora, que se ve bien reflejada en una grabación espectacular que merece ser escuchada con los mejores medios de reproducción.
Por Pablo de Diego
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