En mi amor tal ausencia. Amor y desamor en los tonos de José Marín (1618-1699)
Lindoro NL-3046
El conjunto de música antigua Música ficta, formado por tenor, percusión, flautas dulces, dos guitarras barrocas y tiorba y jarana, de forma alterna, nos presentan su grabación En mi amor tal ausencia para el sello Lindoro. Se trata de un programa alrededor de los tonos humanos de José Marín, junto a obras de Lucas Ruiz de Ribaytaz, Gaspar Sanz, Santiago de Murcia y un anónimo. La selección de obras es variada e interesante, con un par de obras de José Marín que nunca se habían grabado hasta el momento. La presentación del disco es cuidada, con los textos originales de las piezas vocales y un interesante comentario alrededor del repertorio grabado. El conjunto Música Ficta suena bien empastado y se nota que llevan años trabajando juntos, con ya un número importante de grabaciones de música antigua. En este sentido el conjunto está a la altura de las circunstancias. Sí que se echa de menos una mayor variedad en el campo de la percusión, cosa que hubiera sido fácil de conseguir añadiendo más variedad de instrumentos en este campo. También la inclusión de un instrumento de teclado como un clavicémbalo o un órgano positivo hubiera enriquecido más el apartado del bajo continuo. Sorprende la inclusión de una jarana, que le da un color muy interesante en las obras en las que se utiliza. Se trata de algo original e inesperado que la da cierto aire popular al disco y nos hace pensar en los instrumentos sudamericanos. Lo mismo ocurre en la utilización de un bombo tradicional colombiano. El lugar de la grabación es la iglesia de San Isidro Labrador, un pequeño recinto del año 1556, situado en Chíquiza, Boyacá (Colombia), que nos puede aproximar de una manera fiel a lo que sería la acústica de la época en que fueron compuestas estas obras. Finalmente, conviene destacar la fuerza interpretativa en el apartado de los instrumentos de cuerda pulsada, siempre tan necesaria en este tipo de repertorio. Podemos comprobar cómo ‘músicas del mundo’ y ‘música antigua’ se pueden fusionar en un todo unitario, mezclándose entre sí con instrumentos autóctonos.
Por Àngel Villagrasa Pérez
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