Reseña | Elena e Malvina. Melodramma semiserio in due atti

Ramón Carnicer, compositor español ubicado en el Romanticismo, se hizo eco del interés surgido en toda Europa por Escocia a raíz de la publicación de Fingal de James Macpherson. De ahí su melodrama lírico-sentimental Elena y Malvina, ambientado en dicho país británico. El libretista, Felice Romani, cuenta que Malvina socorre en su castillo a Sir Enrico Sommerset, un joven inglés con quien se casará. Pero, al poco tiempo, él la abandona para contraer segundas nupcias con Elena. Precisamente, su padre, el gobernador Sir Donaldo, ordena la detención del chico y lo llevará a juicio; aunque Elena, acompañada de sus hijos del nuevo matrimonio, pide clemencia. Pese a la resistencia de su padre ante el perdón de Malvina, esta consigue arrebatar en el último momento la prueba del delito, un papel firmado, que romperá; liberación de la protagonista, que, en contra del deseo de todos, retorna a su país.

Elena y Malvina se estrenó en el Teatro Príncipede Madrid el 11 de febrero de 1829. La partitura se divide en dos actos y tiene una rica orquestación que incluye flautas, oboes, clarinetes, fagotes y trompas. No falta el gracejo español, incorpora la polaca entre las danzas y su escritura evoca a Rossini y vaticina a Verdi. Para este álbum, primera grabación mundial, se ha omitido los recitativos secos.

Del elenco, Mouriz y Lojendio (Elena y Malvina) son unas voces extraordinarias con todas las cualidades para defender sendos personajes (el timbre, la coloratura y la ornamentación son de alta escuela) mientras que los papeles varoniles están bien timbrados y oscilan entre lo correcto y lo notable. Los inspirados concertantes de Carnicer, que no tienen nada que envidiar al de los grandes operistas, reciben en este reparto unas prestaciones magníficas; el dueto de Elena y Malvina es memorable y los coros resultan espectaculares en el cierre del primer acto (de mucho dramatismo) y de la obra (contrapunto de artesanía). Una orquesta muy bien empastada viene a redondear un conjunto brillante.

Se ha elegido un cuadro bellísimo para la carpetilla, la caja y las fundas de los discos con reproducciones parciales de una finura que invita a una escucha entregada.

Por Marco Antonio Molín Ruiz