Iberian & Klavier nos trae su tercer trabajo discográfico con un proyecto de incalculable valor: la recuperación de la obra para piano del Maestro Alonso.
El disco es introducido por una Barcarola afable, tan tierna como sencilla, que da paso a una Danza Gitana, de aires populares, en la que el dúo hacer cantar al piano de tal manera que el título bien podría ser “Canción gitana”. Adentrándonos más en lo racial, aparece Noche en la Alambra, inequívocamente andaluza, misteriosa, cargada de ese mágico embrujo granadino. Como contraste, tres pequeños valses: Miguel, entrañable e inocente,con cierto aire afrancesado; Rosita, afectuoso, onírico; y Pilarcita, que evoca por momentos a una romanza sin palabras.
Con Marcha Mora volvemos a lo racial, a lo étnico, con ese ritmo tenaz que sirve de soporte a una melodía de inspiración en cierto modo arábiga. Doli nos trae otro momento de recogimiento en forma de vals lírico y dulce, que prosigue con Écoutez-moi, pieza que, a pesar de su título, ofrece una sonoridad más bien castiza. Se trata de una amalgama de temas populares que se suceden como si de un cuento se tratara, formando una suerte de poema sinfónico “a la andaluza”.
Tras la apasionada introducción de ¡¡Pólvora sin humo!! sigue una alegre y jocosa danza con aires de polca, festiva y divertida, como si de un coro de zarzuela se tratara. El carácter se torna más pesaroso en Mi adiós a Granada, nostálgica y melancólica, que dará lugar a una María Luisa que parece evocar el sensual cantar de una maja. Para finalizar, Guajiras, todo un ejercicio de elegancia y contención. Y, por último, Nana Murciana, cándida y sutil, un bis en forma de bonnus track como culmen para un trabajo de inigualable calidad y belleza.
Por: Lucía Martín-Maestro Verbo
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