El autor de este pequeño libro se define como músico, arreglista, pianista y guitarrista. Tras leerlo, deberíamos añadir a su currículo las facetas de ensayista e incluso filósofo, pues en esta tesitura se desenvuelve este trabajo que él mismo confiesa ‘nacido de la experiencia personal’.
Su contenido afecta más a la música pop y no tanto a ese conjunto que llamamos ‘clásica’. En realidad, podríamos decir que trata, por así decirlo, de la ‘música industrial’, entendiendo por tal los variados elementos que intervienen e influyen en la creación e interpretación de la música que hoy circula en vivo, y especialmente por la que consumimos a través de grabaciones y la que nos llega por medios de comunicación y plataformas especializadas.
A través de once reflexiones o ensayos se plantean las diferencias entre la música pop y la clásica, y también entre el creador y el intérprete. Se abordan los elementos físicos y filosóficos de la música, así como en conciertos, el sonido grabado y hasta el playback. El autor propone, en otro orden de cosas, puntos de encuentro entre la industria y la academia, entre la persona y el individuo. Aborda la multi-participación en el proceso creativo de una canción (que puede ser extrapolable a otro tipo de composiciones). Expone las diferencias, hoy existentes, a la hora de crear una obra y escribirla en el ordenador (lo que da la posibilidad de escucharla inmediatamente, aunque sea con limitaciones) o en papel (donde se necesita de un tiempo y hasta de la intervención de un intérprete). Dedica, también, sonoras reflexiones al tempo y a la dinámica empleados en las grabaciones comerciales actuales, a las formas de grabación y, aunque no ofrece detalles, aborda el uso de limitadores y compresores que emplean los medios de transmisión modernos, encaminados a rebajar el ‘peso’ de los archivos que transmiten
Interesa adentrarse con atención estas páginas porque de su conocimiento y análisis nos surgirán preguntas, y respuestas, muy interesantes.
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