El misterio Razumovski, la novela que nos acaba de regalar Martín Llade, nos sumerge en un mundo donde la música no solo acompaña la narrativa, sino que la define. La presencia de Beethoven como protagonista indagador en un thriller histórico nos promete una travesía por los recovecos de su mente genial, tan intuitiva como razonadora, y por la sociedad europea reunida en el Congreso de Viena tras la derrota de Napoleón. La música, intercalada con maestría en la trama novelesca es, más que un mero adorno, el pulso que marca el ritmo de la historia.
Las referencias musicales (obras, compositores, intérpretes) a lo largo del texto son muchas y variadas; sin embargo, las más significativas son las ochenta que encabezan cada uno de los capítulos de la obra como título y preludio a la acción que se desplegará, y como un preludio emocional del contenido del capítulo. Es aquí donde la novela trasciende, convirtiéndose en algo más que palabras que cuentan historias; se transforma en una experiencia paradójica que armoniza la emoción de la música con la del relato. Para que esta banda sonora sea aún más explícita, en la propia faja del libro se facilita un código QR con la lista de Spotify de las versiones ordenadas que el propio autor ha seleccionado.
Martín Llade nos ofrece con su novela El misterio Razumovski un amplio y jugoso texto que entretiene y deslumbra. También nos proporciona una combinación de música y literatura, de historia y ficción, que conforma un plato exquisito para paladares con gusto. Quien quiera profundizar en la lectura dispone de suficientes caminos por los que discurrir: la razón y las emociones, la lógica y la intuición o las miserias humanas y la corrupción del poder, entre otros. Estoy seguro de que El misterio Razumovski es una obra que, por su originalidad, su valor narrativo intrínseco y su banda sonora, está destinada a sostenerse en el tiempo.
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