Dvorak. Symphony no. 9
Atlanta Symphony Orchestra
Nathalie Stutzmann, dirección
ERATO 5021732263797
★★★★★
Nathalie Stutzmann continúa rebasando hitos en su carrera artística. La mezzosoprano francesa ha cantado a las órdenes de los mejores directores; fundado el conjunto barroco Orfeo 55, que dirigió, cantó y dirigió simultáneamente hasta su disolución en 2019. Dos años antes se adentraba en el repertorio sinfónico como directora invitada de la Orquesta Sinfónica Nacional RTÉ de Irlanda; al año siguiente era nombrada directora principal de la Orquesta Sinfónica de Kristiansand, siendo la primera mujer en ocupar dicho puesto; también es, desde 2022, la primera mujer en asumir la titularidad de la Orquesta Sinfónica de Atlanta. Debutó en la Ópera Metropolitana de Nueva York con Don Giovanni y, en Bayreuth, con Tannhäuser, siguiendo la senda abierta por Oksana Lyniv y Simone Young en el festival de 2021. Tras el parón impuesto por la pandemia, Stutzmann dirigió nuestra Orquesta Nacional con la Sinfonia (for Orbiting Spheres) de Mazzoli, una selección de Ifigenia en Táuride de Gluck y la Quinta de Beethoven.
Stutzmann ha participado en la grabación de unos 80 álbumes discográficos; el presente —nuevo hito superado—, es el primero como directora al frente de una orquesta sinfónica. El programa elegido no es casual; esta es su manera de agradecer a los Estados Unidos la oportunidad concedida, igual que en su día hiciera Antonín Dvorák componiendo la Sinfonía núm. 9 en Mi menor opus 95, ‘Del nuevo Mundo’, y la Suite ‘Americana’ opus 98 como homenaje al país que lo acogió con entusiasmo como director del Conservatorio de Nueva York, entre 1893 y 1895.
La versión orquestal de la espectacular Suite, escrita para piano y como tal estrenada, no se conocería hasta 1910, seis años después de fallecer el compositor. En la Sinfonía, de 1893, no hay un solo tema inspirado en el folclore afroamericano, como de manera astuta asegurara Dvorák en su estreno; la temática es genuinamente checa; como checa es la velada referencia al ‘Nuevo Mundo’, conocido cabaret en la Praga de entonces.
Las interpretaciones de Stutzmann al frente de Sinfónica de Atlanta son enérgicas e incisivas, dinámicas, siempre brillantes, desbordantes de melancolía. Maravillosas.
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