Magdeburg Philharmonic
Kimbo Ishii, director
Adolfo G. Arenas, violonchelo
IBS Classical IBS32019
Melómano de Oro
La producción junta para la ocasión a Adolfo Gutiérrez Arenas, uno de los chelistas con más proyección internacional, y a la Magdeburg Philharmonic, dirigida con rigor y sensibilidad por el taiwanés Kimbo Ishii, y el resultado no puede ser más alentador. Afrontar el Concierto en Si menor opus 104 del compositor checoes un órdago a la grande. La partitura exige sacar lo mejor de uno mismo y del instrumento ante ese continuo juego entre planos sonoros, ese viaje de ida y vuelta entre dinámicas y matices como en el Allegro finale o esa fiesta de íntimas melodías ‘a media luz’ surgidas desde la nostalgia —el Adagio es para enmarcar—. Si al reto se le unen una técnica depurada, nada histriónica, el aire lacrimoso de los vibratos, el sonido empastado del bloque orquestal y un preciso sentido de la pausa y la respiración por parte de la dirección, el triunfo está garantizado.
El equilibrio entre el Ruggeri de 1673 y la orquesta alemana es cuasi perfecto en todos los ámbitos y eso se palpa en el bellísimo Klid opus 68 núm. 5, adaptación de una obra para piano en la que los protagonistas parecen sumergirnos en el lirismo de los bosques silenciosos bohemios, así como en el Rondo opus 94, con notas y ritmos que se inspiran constantemente en el recuerdo del folclore patrio.
Muy acertada, como epílogo, la elección por parte del solista del primero de los Lieder opus 82, acompañado por el pianista Juan Carlos Garvayo, dejándonos un poso de calidad, buen gusto y ganas de más.
Por Alessandro Pierozzi
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