Dualità, o la ley universal de los opuestos, se presenta a través de las agustinianas manos del pianista de un modo expresivo; cromático, enarbolando la sempiterna lucha de contrarios que el pianista argentino Silas Bassa explora con naturalidad describiendo esa parte de nuestra naturaleza—humana y divina— que el repertorio pianístico le ofrece para desarrollar su particular visión de esta filosófica teoría.
Olivier Messiaen, Henryk Gorecki, Maurice Ravel, Philip Glass o el propio Silas Bassa (otra Dualità) son algunos de los protagonistas elegidos por el músico para describir esa contradicción musical que efímera se escondebajo las blancas y las negras de un teclado que narra a golpe de martillo la estrecha relación del hombre con su contrario. La plasticidad casi litúrgica exhibida por Silas a lo largo de las dieciocho piezas que dan forma a este trabajo demuestra que el talento compositivo no está reñido con el interpretativo, pues el propio Bassa es autor de unas cuantas obras que exigen de sus extremidades un alto grado de virtuosismo.
Sin edulcorantes marca new age, muy del gusto de nuestra azucarada época; Bassa expone sobre el teclado de la utopía unminimalismo ecléctico sumamente interesante que recoge los vestigios de algunas de las tradiciones musicales más importantes de nuestra fértil historia. Dualità es un compendio de las mejores virtudes del pianista; un mosaico plagado de grises y marrones (atardeceres) que juega con naturalidad y una pizca de osadíaa través de la dual naturaleza del ser humano del mismo modo que el intérprete juega con las blancas y las negras.
Por: Antonio Pardo Larrosa
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