Divina comedia
Jesús Reina, violín
Orquesta Filarmónica de Málaga
Salvador Vázquez, dirección
Aria Classics ARIA011
★★★★★
Atrayente el título de este disco, que ofrece dos vibrantes conciertos para violín a cargo de Jesús Reina, toda una revelación en el mundo concertístico: natural de Málaga, ha sido alumno de Yehudi Menuhin y la Escuela Reina Sofía junto a García Asensio; ha tocado en el Carnegie Hall y el Palau de la Música Catalana, y ha sido invitado por Valery Gergiev y Pinchas Zukerman.
Jesús Reina es un violinista de afinación nítida con agudos y sobreagudos exquisitamente timbrados; vibrato natural que realza la estética de las notas largas y un fraseo óptimo para los desarrollos; en particular, su dominio de las cuerdas dobles permite en ambos conciertos frases deslumbrantes y efectos maravillosos, como el aflautado en Paganini; además, sabe encontrar ese plus expresivo en los motivos de raíz popular dando un regusto al fraseo. Por su parte, la Filarmónica de Málaga cuenta con una cuerda frotada rica en dinámica y texturas, unas trompas de eficaz empaste, así como unas prestaciones solistas dentro del tutti que se engarzan inmejorablemente con el violín en el concierto de Chaikovski.
Resaltamos del concierto de Paganini los arabescos vigorosos y el flamante tema principal del Rondó (en lo que respecta al violín solista); la OFM se luce en un pizzicato cuyo abanico de sonoridades es de alta escuela. De Chaikovski conmueve el profundo discurso del violinista, cuyo registro medio y grave pone en nuestros oídos el alma del compositor ruso, también exaltado en la irresistible viveza rítmica del Finale; en cuanto a la OFM, juegos fascinantes de tonos y timbres de la cuerda, una agógica que extrae toda la poesía del Lento y que culmina al Finale en un accelerando inteligente.
El director, Salvador Vázquez, nivela certeramente estos conciertos. Tiene mucho gusto en el manejo del tempo y es sutil en los cambios de tonalidad, ingrediente formidable para una música donde el papel del violín solista y el de la orquesta se diferencian perfectamente. Desde el podio el maestro hace posible que el trabajo concienzudo de ambos conciertos termine alcanzando su cumbre.
Por Marco Antonio Molín Ruiz
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